Como cada año las murgas, vestidas con trajes, maquillajes y peinados ostentosos, salen a las calles de Zamora para deleitar con sus nuevas canciones a los traunseúntes que pasean por las plazas. Las personas se iban agrupando alrededor, haciendo un pequeño corrillo, donde escuchaban y reían sin parar.
Se ha vuelto una tradición durante estas fechas escuchar las versiones "malsonantes" y "escandalosas" de este grupo de hombres, que entre estrofa y estrofa cuentan una historia o acontecimiento de relevancia en la ciudad.