Durante su intervención, la ministra destacó que el suicidio se ha convertido en una de las principales causas de muerte entre los adolescentes y jóvenes en España, una realidad que calificó como “una emergencia silenciosa que exige respuestas inmediatas”.
En su mensaje, señaló que muchos de estos casos están relacionados con situaciones de acoso escolar, aislamiento social y falta de apoyo emocional. “No podemos mirar hacia otro lado mientras nuestros adolescentes sufren en silencio”, afirmó. “El acoso y la violencia psicológica dejan huellas profundas que, si no se atienden a tiempo, pueden conducir a consecuencias irreversibles”.
La titular de Juventud e Infancia insistió en la necesidad de reforzar los programas de prevención del acoso escolar en los centros educativos, promover la educación emocional desde edades tempranas y garantizar recursos accesibles de atención psicológica para los menores y sus familias.
Asimismo, hizo un llamamiento a los adultos, docentes y responsables públicos para “romper el silencio” y asumir la responsabilidad colectiva de proteger a los jóvenes. “El suicidio y el acoso no son estadísticas, son tragedias que nos interpelan como sociedad. Cada caso que no evitamos es un fracaso compartido”, remarcó.