Urraca, Bellido, El Cid y Arias toman vida sobre las tablas del teatro en la representación de 'La asamblea de los muertos'.
Doña Urraca, Bellido Dolfos, el Cid Campeador y Arias Gonzalo, los gigantes de Capitonis Durii protagonistas de la historia y de la leyenda de Zamora, han tomado esta tarde un abarrotado Teatro Principal que ha visto más vivos que nunca a los gigantes zamoranos como protagonistas de excepción en la obra 'La asamblea de los muertos'.
Organizado por la Asociación Cultural Capitonis Durii, que preside Luis Fernando García Martín, con la colaboración de La Tijera Teatro, dirigido por Indalecio Álvarez Campano, y la intervención de la actriz Eva Gómez, 'La asamblea de los muertos' es una adaptación del guión del escritor Francisco Álvarez Hidalgo, autor del poema del mismo título, con el que resultó ganador del primer certamen literario internacional de poesía Bellidos Dolfos en el año 2007 y a quien el colectivo cultural ha querido rendir homenaje.
Moviéndose por el esenario como si de enormes seres de carne y hueso se tratase y a pesar de las dificultades que entraña y de la destreza que requiere manejar sus grandes armazones, Urraca, Bellido, el Cid y Arias tomaron la palabra y recitaron sus gestas, apoyados en la novedosa técnica del mapping (que permite efectos de movimiento en cuatro dimensiones), así como en los efectos de iluminación y sonido, que lograron atraer la atención de un público que incluso llegó a sobresaltarse cuando Bellido se acercó demasiado al foso y la adrenalina se disparó por si desaparecía en sus fauces huecas sin orquesta.
Jornada histórica para el Teatro Principal, que por primera vez acogía en su escenario a cuatro gigantes en un novedoso espectaculo de gran dinamismo, a caballo entre la realidad y la ficción, la historia y la leyenda y los ecos antiguos del romancero con las nuevas técnicas del siglo XXI, cuidadas escenografías y la música de Alejandro Fernández Alonso.
Los desvelos y ensayos de Capitonis Durii y del Grupo La Tijera, grupos nintegrados por aficionados que dedican su tiempo a fondo perdido, quedaban conpensados por los cálidos aplausos del público, por la emoción de quienes pisaban las tablas del teatro culminando un largo proceso que empezó como un sueño y, sobre todo, con la inmensa sonrisa, la satisfacción impagable del trabajo bien hecho.
Galería de imágenes de Rafa Lorenzo