viernes. 19.04.2024

La Joven Orquesta Sinfónica de Zamora se encuentra inmersa en un proyecto de grabación de una música inédita que el musicólogo Alejandro Luis Iglesias ha cedido de su biblioteca particular. Debido a la pandemia, esta asociación se ve obligada a lanzar esta novedosa propuesta en formato de música de cámara pero su intención es que todos los músicos de la orquesta la puedan interpretar en cuanto las circunstancias lo permitan.


Se trata de un repertorio desconocido, que pretenden dar a conocer más allá de nuestras fronteras, así como la riqueza artística y cultura de Zamora al escoger como entorno el Consejo Consultivo de Castilla y León, institución que cede sus instalaciones con total disposición.

Para afrontar los costes de dicho concierto audiovisual que pretende dejar constancia del legado musical que se puede interpretar en nuestra ciudad, la JOSZA también cuenta con el apoyo de las secciones de Cultura del Ayuntamiento de Zamora y de la Diputación de Zamora, así como de la Fundación Caja Rural.

Asimismo, el Museo Etnográfico de Castilla y León colabora con la cesión del salón de actos para ensayos.
El próximo viernes 25, está programado realizar un concierto de presentación del repertorio en un lugar y hora aún sin confirmar pero con aforo controlado por la organización debido a los protocolos de prevención.

El programa, que nunca ha sido interpretado en tiempos modernos, incluirá la Sinfonía en do menor de Franz-Xaver Richter, el Cuarteto de la Miscelánea Musical de Johann Friedrich Reichard (estas dos obras interpretadas por un octeto) y la Sinfonía concertante B 111 de Ignaz Pleyel en formación de quinteto, obra de la que sí hay constancia de una grabación, pero desde otra fuente y desde luego en otro formación.

Los músicos que llevan varias semanas ensayando son: los violinistas Ángela Luis, Diego Sánchez, Rosana Mangas y Víctor Villar; los violistas Mario Carpintero y Raquel Llorente; el cellista y director musical de la JOSZA Pedro Hernández Garriga y a la tiorba, Alejandro Luis Iglesias.

Algunos de ellos son ya profesionales pero otros están aún en periodo de formación en el Conservatorio Profesional, todos ellos colaboradores desinteresados de la orquesta que han puesto su mejor hacer para compartir con la sociedad una música tan novedosa.

Esperamos esta propuesta sea una inyección de motivación para todos los músicos y sirva como antídoto ante las difíciles circunstancias que la cultura vive.

Desde un punto de vista musical, la ciudad y el año tienen una significación especial que casi cualquiera puede recordar. Los últimos días de abril ven nacer La Marsellesa, cuando el entonces alcalde de la ciudad, el barón de Dietrich, le encarga a un ingenioso compositor de canciones de taberna, Claude Rouget de Lisle, que escriba un himno triunfal que esa misma noche se convierte en el "Canto de guerra de los ejércitos del Rhin".

Las ediciones y la fama crecen de inmediato y el himno se extiende por toda Francia hasta que en julio del mismo año, un batallón de voluntarios procedente de Marsella entra en París cantando el novedoso himno que los parisinos bautizarán en honor a la procedencia de los que lo venían cantando. Con sus avatares en sus más de 200 años, se convierte en un símbolo de libertad, de lucha contra la opresión y de resistencia a los totalitarismos.

La elección del título del programa del concierto tiene como eje ese lugar y ese año con sus circunstancias, pero la intención es presentar un conjunto de obras musicales de las que en ese momento se estaban escribiendo en Estrasburgo y que la convertían en una de las ciudades francesas más influyentes e innovadoras .

Su cercanía musical a Mannheim, el contacto con los polos universitarios de Heidelberg y Karlsruhe, la conversión de Kehl, el otro lado del Rhin, como centro volteriano por excelencia y, sobre todo, el canal directo de conexión con Offenbach y sus talleres de edición musical, hacían de Estrasburgo una ciudad que vivía novedades con mucha antelación a la misma París.

REPERTORIO

Alrededor de esos músicos y de algunas fuentes de primera mano, desconocidas en los repertorios, que proceden todas ellas de una biblioteca privada, es como se quiere articular este programa.

Ninguna de las obras , con excepción de la sinfonía de Pleyel, se ha interpretado nunca en tiempos modernos. Se van a presentar:

1. Una sinfonía en do menor de F. Richter desde una edición inglesa de esos mismos años, que es la escasísima música instrumental conservada escrita en Estrasburgo por quien tenía allí
como oficio la escritura de música religiosa.
2. Un cuarteto de cuerda, en formato ensemble, incluída en la "Miscelánea musical" publicada por J.F Reichardt, gran bibliógrafo musical de su tiempo además de iniciador del género Lied alemán a partir de su amistad con Goethe.
3. La Sinfonía concertante B.111 de I. Pleyel en un arreglo desconocido del propio autor publicado en el mismo 1792.

Dadas las circunstancias, las dos primeras serán interpretadas en formato de octeto, mientras que la última correrá a cargo de un quinteto.

La JOSZA pretende, a pesar de las circunstancias adversas, desarrollar este ambicioso proyecto con el que aboga por el posicionamiento cultural de Zamora a nivel internacional, relacionándolo con su interés turístico (modernismo, románico...) y su actividad cultural; además de fijar la atención en su peculiaridad como ciudad fronteriza y asimiladora de tan distintas influencias, que la relacionan así con Estrasburgo, obteniendo un resultado musical fruto de tantas confluencias, para recuperar aquí la música creada en una de las ciudades más eclécticas del mundo .

Galería de imágenes ( Marcos Vicente)

La Joven Orquesta Sinfónica de Zamora graba un repertorio de música inédita