La Junta de Castilla y León ha reforzado su compromiso con el sector agrario en Zamora, abordando dos problemas cruciales para los agricultores: la proliferación de topillos y la caída en los precios del cereal.
En relación a los topillos, si bien no se ha declarado una plaga oficial en la provincia, se han implementado medidas urgentes ante la preocupación de los agricultores. Se ha establecido un grupo de trabajo con las organizaciones agrarias y las diputaciones para coordinar acciones, como la flexibilización de la PAC. Entre estas medidas, destaca la posibilidad de realizar labores agrícolas antes del 1 de septiembre en áreas de biodiversidad y la introducción de métodos de laboreo vertical para combatir las madrigueras de estos roedores.
Por otro lado, el desplome de los precios del cereal, agravado por la competencia de las importaciones, ha generado incertidumbre sobre la viabilidad de la próxima campaña de siembra. Los agricultores de Zamora han pedido a la Junta que interceda en la Unión Europea para establecer aranceles que protejan los cultivos locales. En respuesta, la Junta ha iniciado contactos con todas las partes implicadas, buscando garantizar un reparto justo de beneficios dentro de la cadena alimentaria, de modo que tanto agricultores como la potente industria agroalimentaria de Castilla y León mantengan su rentabilidad.
Además, en el ámbito ganadero, se ha destacado el impacto de la enfermedad hemorrágica epizoótica en ciervos y otras especies, aunque se ha registrado una disminución de la mortandad. La Junta ha destinado más de 16 millones de euros para apoyar a los ganaderos afectados por esta enfermedad.
