A sus casi 87 años, Rodolfo García de Blas, conocido cariñosamente como "el cacharrero" de Zamora, ha decidido colgar la cesta y jubilarse el próximo 31 de diciembre, marcando el final de una era para los pueblos de la provincia.
Hijo de Secundino García, Rodolfo ha sido un rostro familiar y querido en innumerables localidades zamoranas. Durante más de siete décadas, recorrió incansablemente los caminos para llevar productos de bazar, ferretería, droguería y todo lo imaginable a las puertas de los hogares rurales. Su esfuerzo y dedicación no solo facilitaron la vida en estos pequeños municipios, sino que también crearon un vínculo especial entre vendedor y cliente.
Hoy, con profunda emoción, Rodolfo vendió sus últimos "cacharros" en Burganes de Valverde, poniendo fin a una trayectoria que define como el gran disfrute de su vida. “Mi trabajo siempre ha sido mi mayor alegría, por eso he tardado tanto en jubilarme”, confesó. Sin embargo, su retiro no está exento de tristeza. Lamenta que nadie haya querido continuar con su negocio, dejando a sus fieles clientes "tirados", como él mismo dice.
Rodolfo no es solo un vendedor ambulante; es un testimonio viviente del esfuerzo, la resiliencia y el papel fundamental que desempeñan estos pequeños negocios en la vida rural. Su presencia será profundamente extrañada, pero su legado permanecerá como un ejemplo de dedicación al servicio de los demás.
Gracias, Rodolfo, por tu incansable labor y por hacer la vida más fácil a tantas personas en los rincones más recónditos de nuestra provincia. ¡Te deseamos una merecida jubilación llena de descanso y satisfacción!
Este vídeo, ha sido realizado por Christofer Ferrero Prieto, quien ha iniciado un proyecto de entrevistas a las personas mayores de la provincia.
