Las familias afectadas por el derrumbe del muro de contención en el barrio de Rabiche, ocurrido el 30 de marzo, han podido regresar por fin a sus viviendas tras semanas de incertidumbre, realojos y trabajos de emergencia. Así lo han anunciado este lunes el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, y la concejala de Servicios Sociales, Auxiliadora Fernández, quienes han comparecido para detallar tanto la gestión de la emergencia como las actuaciones que aún continúan en la zona.
El Ayuntamiento ha destinado cerca de medio millón de euros a las obras de demolición y reconstrucción del muro caído, una infraestructura que se vino abajo y comprometió la seguridad de varias viviendas en su parte trasera. De esa cifra, 400.000 euros se emplearán en el derribo del antiguo muro y la construcción del nuevo, mientras que otros 100.000 euros cubrirán la reparación de daños ocasionados en los inmuebles colindantes.
Pero más allá del impacto estructural, el derrumbe dejó a varias familias sin poder acceder a sus hogares. La respuesta municipal fue inmediata, según explicó Auxiliadora Fernández: “Desde el primer momento se activó un dispositivo para cubrir las necesidades básicas de las personas afectadas. El 2 de abril se dictó un decreto de emergencia para canalizar las ayudas”.
Las ayudas sociales se organizaron en dos líneas principales: una económica directa para las personas empadronadas en las viviendas afectadas, que incluyó 600 euros mensuales para alquiler, 200 euros por persona para alimentos y productos básicos, y otros 200 euros por suministros del hogar. En total, se han destinado unos 22.000 euros en ayudas directas, a los que se suman los gastos de alojamiento provisional en hoteles durante los primeros días. El coste total de la atención social ronda así los 50.000 euros.
La concejala destacó además la colaboración de las familias durante el proceso: “La entrada a las viviendas ha sido pactada con cada familia. Incluso, en algunos casos, tuvimos que contener su regreso porque querían volver antes de que fuera seguro”.
Por su parte, el alcalde Guarido ha subrayado que aunque la obra es técnicamente sencilla, su complejidad radicaba en la urgencia social: “Lo más costoso económicamente ha sido la recuperación del muro, pero lo más delicado ha sido la situación de las familias”. El regidor valoró la gestión municipal con “un notable alto”, y adelantó que las obras pendientes podrían estar finalizadas en el plazo de un mes.