Otro martes que pasa por delante de una zona comercial ambulante zamorana que también sufre los avatares de la crisis de la pandemia. Con menos puestos que nunca y con también muy poca afluencia debido al mucho miedo que sigue presente en momentos como el que vivimos, los comerciantes del Mercadillo hacen de tripas corazón y exponen sus mercancías esperanzados en poder librar el día de mercado.
Días de mal tiempo, de lluvia, viento y nieve han dado a este comercio ambulante muchos disgustos y pocas ventas, el cajón está más vacío que nunca y aquí las ayudas tampoco llegan. Los pagos de autónomos siguen cayendo mes a mes y son muchos los que apenas sacan para pagar ese cupón que solo sirve ahora para intentar mantener la actividad y no morirse de pena en casa viendo pasar los días.
Los comerciantes intentan poner al mal tiempo buena cara, pero la actividad es cada día menos y en estos momentos álgidos de la pandemia con los contagios desbocados y aunque pueden viajar por toda la provincia y también tienen permiso para viajar a provincias colindantes, los autónomos del mercadillo piden también ayuda para salvar sus negocios de furgoneta y viaje.
Mucho montaje, más de poner bonito el puesto y ofrecer esos chollos que antes cientos de zamoranos pasaban a buscar, pero al final de la jornada, y de no ver como el cajón al menos se inaugura, todo es desesperación y poca fe en el cambio. Alguno de ellos cuenta que en el mes de enero poco más que para pagar el cupón y el gasoil han sacado.
Malos tiempos también para la lírica de una profesión que apenas da alegrías visto lo visto y que entre el miedo al contagio, el mal tiempo y la falta de ayudas solo da que tristeza. A primera hora de la mañana entorno a las 10:00 horas apenas 30 puestos en un mercadillo que llevó a tener más de 150, todo un indicativo de que hasta aquí llega una crisis sin precedentes.