El primer mercadillo de la plaza de Viriato de este 2020 no ha tenido la afluencia esperada por los tenderos. El frío, que ha acompañado al municipio durante todas las Navidades, sin duda ha sido un elemento disuasorio. Quizás también sería justo nombrar que casi la totalidad de comercios de Zamora han aprovechado para abrir esta víspera de Reyes para apurar las compras de aquellos que siempre dejan todo para el final.
En cualquier caso, la vista del rastrillo ubicado en la céntrica plaza zamorana era un tanto desangelada. Los tenderos atendían a algún que otro curioso que se acercaba por sus puestos, pero apenas sí se contaban medio centenar de personas entre los estands. Las tiendas de juguetes y de ropa resultaban más atractivas para los zamoranos y visitantes que este fin de semana transitan por las rúas de la capital.
Como de costumbre, la mayoría de las miradas las focalizaron los bustos del dictador Francisco Franco y el fundador de falange José Antonio Primo de Rivera. Las efigies no son desconocidas para el público zamorano, llevan en el tenderete de Ramón más de dos años (por un precio que ronda los 500 euros), sin embargo los turistas que se han acercado hasta el mercadillo esta mañana sí que se han mostrado sorprendido por la presencia de la pieza.
Alguno, incluso ha aprovechado la coyuntura para hacerse una foto con la escultura. De hecho, hasta uno de los viandantes se ha servido de la anécdota para posar, no sé sabe si sardónicamente –o nostálgicamente como se estila decir ahora en los medios de comunicación–, realizando el saludo fascista. Seremos bien pensados, que al fin y al cabo es Navidad, y aludiremos a la retranca patria como una respuesta ante tal gesto.