Los sindicatos se oponen a las políticas de la Dirección de la compañía con su presidente Juan Manuel Serrano a la cabeza que conlleva un claro debilitamiento de la empresa pública preparando el terreno para una futura privatización.
Y claman:
No al trasvase de actividad a la filial (Correos Express).
No a la externalización de servicios.
No a la desamortización inmobiliaria a través de la cesión, regalo o venta del patrimonio histórico.
No a la reducción de la red postal, suprimiendo rurales, cerrando centros y oficinas.
No al recorte de empleo (suprimiendo puestos, reduciendo contratación)
No al recorte de empleo y al empeoramiento de su calidad (36% de temporalidad y 25% de empleo a tiempo parcial en general, y un 75% en la red de oficinas).
No a la quiebra económica de Correos porque el servicio público postal SI FUNCIONA, tal y como se demuestra en otros países europeos.