La congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados celebran medio siglo de vida y dedicación en Zamora

El obispo de Zamora ha oficiado una eucaristía en el día de la fiesta de su fundadora Santa Teresa de Jesús Jornet

Más de 2.000 religiosas conforman esta congregación en más de 200 casos repartidas por una veintena de países del mundo

El obispo de Zamora, Fernando Valera, en la eucaristía en honor a La congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados celebran medio siglo de vida y dedicación. Fotografía: Diócesis de Zamora
photo_camera El obispo de Zamora, Fernando Valera, en la eucaristía en honor a La congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados celebran medio siglo de vida y dedicación. Fotografía: Diócesis de Zamora

Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados han celebrado Santa Teresa de Jesús Jornet, la fiesta de su fundadora con un eucaristía presidida por Fernando Valera, obispo de la diócesis.

Santa Teresa de Jesús Jornet nació en Aitona (Lleida) en 1843 y falleció en Llíria (Valencia) el año 1897. Siendo maestra fundó en 1872 la congregación en Barbastro (Huesca) cuando tenía 30 años, junto al sacerdote Saturnino López Novoa y a los pocos meses abrió su primer centro en Valencia, en 1873. Fue canonizado el 27 de enero de 1974 por el Pablo Pablo VI, que también la proclamó patrona de la ancianidad de España en 1977. La congregación de las hermanitas de los ancianos desamparados es un instituto religioso de derecho pontificio que lleva ejerciendo su actividad en Zamora desde 1973.

En España Santa Teresa de Jesús Jornet es titular de dos parroquias y de otras cuatro en Sudamérica. En la actualidad son más de 2000 religiosas hermanitas de los ancianos desamparados las que atienden a más de 20.000 ancianos en dos centenares de casas de una veintena de países del mundo. 

En su casa garantizan en todo momento la adecuada atención de los residentes, sirviéndoles con amor, auténtico, con generosidad formidable y con capacidad y espíritu de servicio. Miles de personas mayores han sido acogidas por las hermanitas que les ofrecen un lugar donde experimentar que Dios es amor, ternura y cariño. El día a día de las hermanitas está marcado por la oración y el servicio a los residentes, ya que hay que llenarse de él, para luego repartir amor y alegría a raudales por todos los rincones de la casa. 

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