Los empleados del establecimiento ya han sido informados de que en febrero finalizará su actividad, lo que implica despidos y el acceso a indemnizaciones, un golpe tanto para los trabajadores como para el tejido comercial de la ciudad.
Una decisión motivada por la rentabilidad
La decisión, según fuentes cercanas, está vinculada a la falta de rentabilidad del local, un problema que afecta a numerosos comercios en la capital zamorana. Aunque inicialmente se valoró un cierre temporal para acometer una importante reforma en el local, el grupo Inditex habría optado finalmente por cesar la actividad de forma definitiva.
Este cierre no solo supone una pérdida para los trabajadores afectados, sino que también envía un mensaje claro sobre las dificultades que enfrenta el comercio en Zamora. El impacto de esta decisión trasciende la marca, dejando en el aire la posibilidad de que otra firma del grupo se haga cargo del espacio tras la reforma necesaria.
Un golpe para el comercio local
El cierre de Bershka se suma a una lista de establecimientos que han cesado su actividad en la ciudad, reflejando un problema estructural en el sector. Mientras tanto, las cifras de beneficios del grupo Inditex, liderado por Amancio Ortega, contrastan con esta decisión, lo que pone en evidencia que la estrategia empresarial prioriza la optimización económica por encima de mantener presencia en ciertas localidades.
Reacciones de los sindicatos y el futuro del local
Los representantes sindicales ya están al tanto de la situación y trabajan para garantizar que los derechos de los empleados se respeten en este proceso. Sin embargo, queda la incertidumbre sobre si otra marca del grupo Inditex se atreverá a asumir la gestión del espacio tras las reformas necesarias.
Un aviso para Zamora
Este cierre es un síntoma más del declive comercial en el centro de Zamora, una ciudad que ve cómo su tejido comercial se debilita progresivamente. La falta de inversiones que apuesten por revitalizar el comercio local y las dificultades económicas que afectan a muchas familias contribuyen a agravar este escenario.
Con la salida de Bershka, Zamora pierde no solo una marca reconocida, sino también un punto de encuentro comercial que durante años formó parte de la dinámica urbana de la capital. Un nuevo reto que deja sobre la mesa la necesidad de replantear estrategias para evitar la desertificación comercial del centro y apostar por un comercio que permita recuperar la vitalidad económica de la ciudad.
