El campo zamorano no baja los brazos y seguirá saliendo a las calles: "Esta semana continuaremos"
Más de diez días sin descanso, han dedicado su tiempo y su esfuerzo a levantar la voz por sus derechos, sin perder de vista sus responsabilidades agrícolas
Estas tractoradas no son solo un acto de rebelión; son un grito de resistencia que resuena en cada surco, en cada semilla plantada
No se van a rendir; tampoco van a bajar los brazos después de tantos días de lucha incansable, de hecho, lo tienen claro: "Esta semana continuaremos". Los agricultores, guardianes de la tierra y del sustento de la región, han tomado las riendas de la protesta, compaginando las tractoradas con sus arduas labores en el campo. Más de diez días sin descanso, han dedicado su tiempo y su esfuerzo a levantar la voz por sus derechos, sin perder de vista sus responsabilidades agrícolas.
Estas tractoradas no son solo un acto de rebelión; son un grito de resistencia que resuena en cada surco, en cada semilla plantada. Desde el amanecer hasta el anochecer, los tractores surcan los caminos rurales de Zamora, llevando consigo la determinación de una comunidad unida. Las banderas ondean al viento, las consignas retumban en el aire, y el corazón de la región late al ritmo de la protesta.
La falta de acción frente a las nuevas leyes aprobadas para el cumplimiento de la Agenda 2030 y la Política Agraria Común (PAC) ha llevado a los agricultores a unirse independientemente de afiliaciones organizativas o políticas. La imposibilidad de llevar a cabo algunas actividades con los recursos disponibles y una abrumadora carga burocrática son solo algunas de las dificultades que enfrenta el sector primario.
Como respuesta a esta situación con movilizaciones hasta que el Ministerio de Agricultura escuche las demandas y las traslade a la Comisión Europea y los Ministerios correspondientes. Las peticiones de los agricultores incluyen la rebaja de las exigencias de la nueva PAC agroambiental, la reducción de la carga burocrática, la derogación de la Agenda 2030 y la protección de la rebaja de impuestos sobre el gasóleo agrícola, entre otras.
Los agricultores también exigen la derogación de leyes relacionadas con el bienestar animal, leyes ambientales y protección de especies que perciben como amenazas para la agricultura, la ganadería y las zonas rurales. Además, buscan el cumplimiento de la ley de precios para evitar que los agricultores se vean obligados a vender a pérdidas, así como el control fitosanitario de productos extracomunitarios y una política de gestión del agua acorde con las necesidades de cada territorio.
Para estos trabajadores del campo, las tractoradas son una manifestación de descontento, pero también una muestra de unidad y solidaridad, donde cada tractor que se une a la caravana es un símbolo de apoyo mutuo y de resistencia compartida. Una lucha que no se detiene con la caída del sol. Cuando las luces de los tractores se apagan y el silencio se adueña de los campos, los agricultores regresan a sus hogares con el cansancio en el cuerpo pero la determinación en el alma.
Una lucha por sus derechos no se limita a las tractoradas; está arraigada en cada surco, en cada cosecha, en cada amanecer. Es una batalla que se libra día a día, en los campos y en las calles. Y mientras haya tierra por cultivar y derechos por defender, los agricultores de Zamora seguirán adelante, con la esperanza en el corazón y la protesta en la mano.