Las obras en diversas zonas de la ciudad están dificultando seriamente el acceso a tiendas y comercios, especialmente en un mes de agosto que históricamente ha sido clave para las ventas debido a la afluencia de clientes de grandes ciudades como Madrid, Bilbao y otras capitales.
Impacto en el comercio Local
Los comerciantes zamoranos ven cómo sus expectativas de ventas se desploman debido a la complejidad que enfrentan los clientes para acceder al centro de la ciudad o a los barrios afectados por las obras de "humanización". Las obras en calles cruciales, como la Calle Argentina y su cruce con Arapiles, han generado un caos vial que ha alejado a los compradores. Estas calles están cortadas al tráfico, creando una imagen desoladora similar a una zona de guerra, con enormes socavones y restricciones que dificultan el acceso tanto a pie como en vehículo.
Los negocios situados en estas áreas, como "La Cortina" y otros comercios de la Calle Argentina, están sufriendo una drástica disminución en el número de clientes. La falta de aparcamiento cercano y la imposibilidad de acceder fácilmente a las tiendas ha reducido considerablemente el flujo de compradores.
Repercusiones en la hostelería y servicios
La situación también está afectando gravemente a la hostelería y otros servicios locales. La falta de visitantes ha impactado negativamente en los ingresos, justo en un periodo en el que los negocios esperaban recuperar parte de las pérdidas sufridas durante el año. Además, los talleres de automóviles, que suelen atraer a clientes de fuera de la provincia debido a sus precios más competitivos, también están viendo cómo sus clientes potenciales optan por no desplazarse a Zamora debido a las dificultades de acceso aunque estos negocios están en lugares que no están afectados por los tremendos atascos que se preparan en horas punta en los accesos a la ciudad.
Alternativas y soluciones
Ante esta situación, los aparcamientos del Centro Comercial Valderaduey están supliendo en parte la falta de estacionamiento en el centro de la ciudad. Sin embargo, esta solución temporal no compensa las pérdidas que los comerciantes y hosteleros están experimentando.
La "humanización" de la ciudad y sus calles, aunque prometedora en cuanto a mejorar el aspecto y la funcionalidad de la ciudad a largo plazo, está siendo duramente criticada por el impacto negativo que está teniendo en el comercio local en el corto plazo.
Un verano desafiante
Este verano, que debería ser un periodo de recuperación económica para Zamora, se ha convertido en una temporada llena de obstáculos para los comerciantes y hosteleros. La esperanza es que una vez finalizadas las obras, la ciudad pueda recuperar su atractivo y volver a ser un destino popular para compradores y turistas. Mientras tanto, los negocios locales deberán seguir enfrentando los desafíos de un agosto marcado por las dificultades de acceso y la disminución de clientes.
