Zamora nunca deja de sorprender. Mientras algunos sueñan con parques, limpieza y servicios modernos, en la zona de Campo de Marte parece que se ha rodado en secreto un spin-off de Ratatouille, pero sin cocina francesa ni finales felices.
Las ratas han hecho su aparición estelar y no como figurantes, sino como protagonistas indeseadas de un problema que ya no se puede barrer bajo la alfombra... ni bajo las alcantarillas.
Los vecinos llevan tiempo notando "movimiento". Algunos lo atribuían a gatos callejeros, otros al estrés, pero la realidad ha resultado tener bigotes, cola larga y un tamaño que no cabe en la trampa del supermercado. Y por si quedaba alguna duda, los bomberos de Zamora, que tienen su sede en la zona, ya han tenido que intervenir en varias ocasiones para cazar algún que otro ejemplar digno de zoológico.
Ratas nivel XXL: "Esto no es un ratón, es un Pokémon"
“Una de las últimas que pillamos parecía un castor”, comenta entre risas un bombero que prefiere mantenerse en el anonimato, seguramente para que no le nombren jefe de la unidad de control de fauna urbana no deseada. Porque una cosa es apagar fuegos, y otra muy distinta convertirse en cazadores de ratas, que no figura, al menos de momento, en el temario de la oposición.
La situación ha generado preocupación entre los vecinos, pero también un punto de surrealismo que ya ha llegado al grupo de WhatsApp del barrio, donde no faltan los memes de Mickey Mouse en modo agresivo ni los audios de madres jurando que “la han visto cruzar la calle como si nada”.
¿Y la desratización?
La campaña municipal de desratización, que se repite dos veces al año, parece haber tenido en esta ocasión el efecto de un repelente de mosquitos vencido. Las ratas, lejos de desaparecer, han tomado el control del subsuelo y parte del “sobresuelo”, desafiando a trampas, venenos y a cualquier lógica sanitaria.
No se trata de alarmar, pero sí de preguntar: ¿hasta cuándo se va a permitir que la desratización se quede a medio gas? Porque si los bomberos tienen que sacar la escoba, la jaula o el cubo en lugar de la manguera, es que algo falla. Y no será por falta de señales.
¿Solución? Que el Ayuntamiento actúe con contundencia
Más allá de las bromas, el asunto es serio. Se necesita una intervención eficaz, intensiva y urgente. No vale con poner veneno y esperar que las ratas colaboren. Y tampoco podemos depender del buen hacer de los bomberos, que bastante tienen con lo suyo como para ampliar plantilla con “especialistas en roedores de gran porte”.
Campo de Marte no puede ser el campo base de las ratas. La ciudad necesita limpieza, seguimiento y responsabilidad. Y, sobre todo, una buena dosis de seriedad antes de que tengamos que montar una protectora de ratas... o una película de terror ambientada en Zamora.