El ancestral "Misterio", conocido como el Auto de los Reyes Magos en Andavías, ha trascendido fronteras y llega a Zamora este año para celebrar su décimo aniversario, llevando consigo siglos de historia y devoción.

Según Rosa Fraile Martín, vecina de Andavías y custodia de esta tradición, el Auto dramático y litúrgico, que representa el encuentro de los tres Reyes Magos con el Niño Jesús, tiene profundas raíces medievales. Esta representación llegó a la región a través de las rutas de peregrinación desde el centro de Europa, conservando su esencia a lo largo del tiempo.

El esfuerzo incansable de Gregorio Prieto, quien se dedicó a preparar, ensayar y preservar los textos originales desde el primer tercio del siglo XX, ha sido fundamental para mantener viva esta tradición. Incluso desafíos como situaciones climáticas adversas no impidieron que la comunidad llevara a cabo la representación, como en 1958, cuando la iglesia de Andavías sufrió daños y la comitiva se trasladó a Palacios del Pan para llevar a cabo el evento.

A lo largo de los años, el Auto de los Reyes Magos se ha representado de manera esporádica, con destacadas actuaciones en 1982, 1993 y, más recientemente, en 2023, después de un intervalo de tres décadas. En el décimo aniversario, la comunidad decide llevar esta joya cultural a Zamora para darle visibilidad y compartir su riqueza.
La representación cuenta con una destacada lista de personajes, liderada por Raúl Malillos Domínguez como Rey Melchor, Juan Manuel Fernández Crespo como Rey Gaspar y Eduardo González Román como Rey Baltasar. La dirección recae en Antonio Iglesias Martín, con la co-dirección a cargo de Rosa Fraile Martín.

El Auto de los Reyes Magos se ha recreado este año en la fachada principal de la iglesia de San Juan en la Plaza Mayor de Zamora. Esta no es solo una representación cultural, sino un testimonio vivo de la dedicación de una comunidad para preservar sus tradiciones a lo largo del tiempo. En su décimo aniversario, esta celebración viaja más allá de las fronteras de Andavías, compartiendo la emoción y la esencia de una tradición arraigada en el corazón de la comunidad.