Zamora celebró por todo lo alto el regreso de la Semana Santa, pero tuvo que lidiar con los efectos que sobrevinieron como consecuencia de la mayor movilidad y las aglomeraciones, a pesar de que el uso de la mascarilla en interiores era aún obligatorio.
La secuela llegó hasta el 1 de mayo, también festivo, mes que comenzó con una incidencia superior a los 1.200 casos por cada 100.000 habitantes, cifra que 21 días después cae a los 416 casos.
No fue hasta el 6 de mayo cuando el porcentaje se redujo por debajo de los 1.000 puntos, dato que volvió a desplomarse en la festividad de San Isidro, al marcar una incidencia de 760 casos.
El 18 de mayo la tendencia a la baja se mantenía y la tasa comenzó a estar por debajo de la cifra "psicológica" de los 500 casos, hasta llegar a los 416 casos que registra el 20 de mayo, última día que la Junta de Castilla y León actualizó los datos de coronavirus en la provincia.