Durante el verano, el aumento de la sudoración incrementa nuestras necesidades de agua y minerales. Las frutas y verduras de temporada aportan una valiosa cantidad de agua y nutrientes esenciales. Además, la medicina sugiere que es importante cuidar el corazón y el intestino delgado en este período, recomendando alimentos como las bayas por sus beneficios antioxidantes.
Consumir productos de temporada tiene varias ventajas: mantienen su sabor y propiedades, son más económicos y, si son ecológicos, garantizan calidad y menor impacto ambiental. Frutas como el melón, la pera y el tomate, y verduras como el pepino y la berenjena, ofrecen refrescantes opciones para una dieta variada y saludable.
Otras frutas destacadas en agosto están el albaricoque, rico en vitamina A; el arándano, con poderosos antioxidantes; y la ciruela, que facilita el tránsito intestinal. Verduras como el calabacín y las judías verdes aportan fibra, mientras que el pepino y el tomate proporcionan hidratación y antioxidantes esenciales.
Optar por alimentos ligeros y bien conservados ayuda a evitar problemas digestivos comunes en esta época del año. Al mantener una dieta equilibrada con frutas y verduras frescas, es posible disfrutar del verano de manera saludable y refrescante, mientras se apoya el bienestar general y se favorece la sostenibilidad ambiental.
