Con más de 3,4 millones de motocicletas registradas según datos oficiales, España ha experimentado un aumento notable en el uso de estos vehículos, especialmente en zonas urbanas. Sin embargo, este incremento ha traído consigo un problema recurrente: los motociclistas representan el 20% de las víctimas mortales en accidentes de tráfico, pese a que sólo constituyen el 15% del parque automovilístico.
Estadísticas alarmantes respaldan la necesidad de este cambio normativo. En 2023, según informes de la DGT, se registraron más de 400 muertes relacionadas con accidentes de motocicleta, una cifra que no se ha reducido significativamente en los últimos cinco años. Las investigaciones de la Dirección General de Tráfico señalan que el 45% de estos siniestros se producen en carreteras secundarias, donde la falta de señalización adecuada y el exceso de velocidad son factores clave.
Principales cambios en el reglamento de motocicletas
El reglamento de la Dirección General de Tráfico (DGT) para motocicletas en 2025 introduce cambios fundamentales que buscan reducir accidentes y fomentar la seguridad vial.
Restricciones de circulación. A partir de 2025, se prohíbe la circulación de motocicletas en determinadas condiciones meteorológicas adversas. Estas restricciones se basan en estudios del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que demuestran que el 30% de los accidentes mortales en motocicletas están asociados a este tipo de condiciones climáticas.
Uso de carriles y arcenes. Aunque el uso del arcén era permitido en situaciones de tráfico congestionado, el reglamento delimita con mayor precisión cuándo y dónde se podrá hacer. Sólo en tramos específicos y con velocidad limitada a 30 km/h.
Nuevas tecnologías obligatorias. Para mejorar la seguridad activa, las motocicletas deberán incorporar sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS). Entre ellos, se incluye el control de estabilidad, frenado asistido y sensores de detección de vehículos en el ángulo muerto. Un cambio que afecta a más de 1,2 millones de motocicletas en España, que deberán actualizarse o renovarse para cumplir con la normativa.
La implementación de estas medidas podría, según estimaciones de la UE, reducir los accidentes de motocicletas en un 25% en los próximos tres años. Un dato esperanzador en un contexto donde las motocicletas representan un quinto de las víctimas mortales en carretera.
Implicaciones del uso distintivo ambiental europeo
El sistema de etiquetas ambientales creado en la Comisión Europea, a través de sus distintas direcciones generales es un mecanismo diseñado para clasificar los vehículos según su impacto ambiental.
En España, este sistema está implementado a través de la DGT, y aunque se centra principalmente en la sostenibilidad, su impacto en la seguridad vial de las motocicletas también es significativo. Al clasificar las motocicletas según sus emisiones contaminantes, este sistema fomenta la renovación del parque automovilístico hacia modelos más modernos, que suelen incorporar tecnologías avanzadas de seguridad activa y pasiva.
Como destaca TollWayr en su sitio web, el distintivo ambiental es un indicador de modernidad y eficiencia del vehículo, factores que inciden directamente en la seguridad del conductor. Lo que pone de manifiesto cómo las motocicletas más modernas contribuyen a un aire más puro, y protegen la vida de sus usuarios al incorporar mejores prestaciones tecnológicas.
