Traslado inédito del Ecce-Homo a la iglesia de Santa Catalina. El templo que fue pasto de las llamas en 1957 y que vio cómo el fuego arrasaba con prácticamente la totalidad del patrimonio de la Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla ha recibido en la noche del Martes Santo a una de las imágenes más veneradas de la Semana Santa de Toro como es el Ecce-Homo.
La talla, de autor desconocido y que data del siglo XVII, fue la única que se libró del devastador incendio y que ha salido por primera vez desde 2019 tras dejar atrás a una pandemia que sigue coleando pero que este año ha permitido que los toresanos más devotos y visitantes puedan disfrutar de los días grandes de la Pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Un traslado inédito también al ser el primer año en el que la talla ha partido sin recibir la tradicional despedida de las hermanas clarisas que en junio de 2019 tuvieron que decir adiós a su tradicional hogar y abandonar el Real Monasterio para trasladarse con las hermanas de su orden al convento de Santa Clara en Zamora.
Salida por lo tanto con una mezcla de emociones del Real Monasterio de Santa Clara, en una procesión que recorrió la Plaza de San Julián de los Caballeros para continuar por la calle El Sol, Santa Marina, Arco del Reloj, Puerta del Mercado, Plaza Mayor, Bollos de Hito, San Lorenzo, Rejadorada, Rúa de Santa Catalina, Plazuela de Jesús Nazareno y La Soledad y finaliza en la Iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina.
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