La cofradía de Jesús y Ánimas de la Campanilla celebra la Fiesta del Cementerio.
La cofradía nazarena de Jesús y Ánimas de la Campanilla, santo y seña de la ciudad de Toro, ha cumplido un año más el ritual y las tradiciones más ancestrales que dan sentido litúrgico, devocional y de respeto al Día de Difuntos como es la Fiesta del Cementerio o de las Ánimas.
A las diez de la mañana se congregaban los cofrades en la iglesia de Santa Catalina para iniciar la comitiva, con la mirada puesta en el cielo. A pesar de la amenaza de lluvia, el cielo plomizo dio paso a una mañana soleada y la procesión pudo llegar al cementerio, con las paradas de rigor, para celebrar la Misa de Difuntos en el catafalco situado en el interior del camposanto, entre las sepulturas recién limpias y las flores colocadas los días anteriores.
Eran las doce y media cuando la cofradía regresaba a Santa Catalina. Allí, delante de la capilla de Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad tuvo lugar el rezo del último responso, seguido de la frase tradicional que se repite año tras año como una letanía: "Salud para otro año. Salud para rezar por los muertos. Salud para rezar por los vivos. Salud para que la cofradía nazarena vuelva un año más a cumplir sus preceptos, liturgia y tradición".