Durante las últimas tres semanas, vecinos, empresas agroalimentarias y colectivos sociales de la comarca de Toro han unido fuerzas para frenar el polémico proyecto de planta de biometano que Biorig Energy quiere instalar entre Villardondiego y Pozoantiguo, a menos de cuatro kilómetros del barrio de Toro y Tagarabuena.
El plazo para presentar alegaciones finalizó el 12 de agosto, dejando un contundente mensaje, más de 1.200 alegaciones registradas presencialmente y en línea expresan un rechazo sin precedentes. La ciudadanía muestra preocupación por los posibles impactos negativos en la salud, la calidad del agua, las tierras agrícolas y el desarrollo sostenible de la zona.
Entre las principales quejas destaca la opacidad en el acceso a la documentación oficial, que dificulta la participación ciudadana informada. El proyecto, que procesaría cerca de 200.000 toneladas anuales de residuos, entre ellos 92.000 de purines y 45.000 de estiércol, supera con creces los estándares de una economía circular y local.
Además, el funcionamiento de la planta generaría un tráfico pesado de camiones de hasta 64 vehículos diarios durante 16 horas, aumentando el riesgo en la carretera ZA-713, y provocaría molestias por olores y ruido.
Los vecinos alertan también de la amenaza ambiental, contaminación potencial de tierras y aguas superficiales y subterráneas por el digestato, y el peligro que supone la cercanía a cauces como el Arroyo Adalia, con riesgo de inundaciones. Los vientos dominantes arrastrarían contaminantes hacia pueblos próximos como Toro, Tagarabuena, Pozoantiguo, Abezames, Villalonso y Villavendimio.

Por último, la falta de garantías por parte de Biorig Energy, una pequeña empresa con un capital social de solo 3.500 euros, ha disparado las dudas sobre la responsabilidad ambiental y económica ante posibles daños durante la explotación o el desmantelamiento de la planta.
La Plataforma STOP Biometano Villardondiego-Pozoantiguo mantiene su lucha activa y hace un llamamiento urgente a los ayuntamientos de la comarca para que se posicionen en defensa de la salud pública y el futuro sostenible de la región. A pesar de haber solicitado una reunión con la alcaldesa de Toro hace más de dos semanas, aún no han recibido respuesta.
El pulso entre la ciudadanía y el proyecto continúa, y el mensaje es claro: la comarca de Toro quiere preservar su entorno y su calidad de vida.