Toro despide con los máximos honores a Jesús López Cobos, su hijo más universal

Centenares de personas y las primeras autoridades civiles y militares acuden al funeral del músico en La Colegiata. Eran las doce en punto y todos los campanarios de Toro tañían a muerto. Las banderas a media asta, el silencio de la gente, la emoción se palpaba a las puertas del Ayuntamiento.

Las primeras autoridades civiles y militares de la ciudad, provincia y Comunidad Autónoma esperaban a las puertas del Consistorio mientras la Banda La Lira de Toro interpretaba "Getsemaní", de Ricardo Dorado, la más bella música para una despedida.

El féretro de Jesús López Cobos abandonaba el Ayuntamiento de Toro, donde ha sido velado, para iniciar su recorrido hacia la Colegiata de Santa María La Mayor. En el aire, la marcha fúnebre de Chopin acompañaba sus restos mientras la viuda, hijos, familiares y amigos más próximos seguían el coche funerario.

La comitiva oficial esperaba a las puertas de La Colegiata, cuyo interior se ha abarrotado de toresanos y admiradores de uno de los directores de orquesta más internacionales que ha dado España. Aquí, en Toro, nació. Aquí se forjó su vocación musical, una vocación que la ciudad mantiene viva con sus símbolos. Anoche era la Rondalla Toresana la que tocaba ante el féretro del maestro; hoy la Banda y el Coro La Mayor de La Colegiata han estado muy presentes en la solemne y emotiva despedida.

Un cuarteto de cuerda de la OSCyL y su chelo solista, además del coro del templo mayor de Toro han ilustrado musicalmente la misa de funeral en La Colegiata. Un funeral al que ha asistido la Consejera de Cultura de la Junta de Castilla y León, Josefa García Cirac; la Corporación Municipal de Toro en pleno encabezada por su alcalde, Tomás del Bien Sánchez, así como las primeras autoridades civiles y militares provinciales de Zamora.

La ciudad ha mostrado una hermosa unidad en el dolor: alcaldes, exalcaldes, y una Corporación unida en la despedida a uno de los más grandes, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Premio Nacional de la Musica, Medalla de Oro de las Bellas Artes y Premio de la Música de Castilla y León. Un maestro genial e irrepetible.

Todos ellos han glosado la enorme dimensión de la figura de López Cobos y el vínculo amoroso que jamás perdió con su tierra natal. Por expreso deseo del músico, unas escuetas flores le acompañan en su despedida y son ya muchas las instituciones, entidades y particulares que envían sus aportaciones a la Escuela Municipal de Música de Toro que lleva su nombre.

Finalizado el funeral, la Banda de Música ha despedido al músico con la hermosa música de Tannhäuser, de Wagner.

Después, ya en la intimidad de los muros del convento de Sancti Spiritus, el duelo será privado y el silencio se impondrá para el descanso eterno. Una clave de sol señalará donde duerme ya para siempre un músico, un hijo predilecto de Toro, tierra que hoy regresaba a la tierra. A su tierra toresana.

Jesús López Cobos ya es eterno.

Galería de imágenes y vídeos ( Ana Pedrero)

 

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