Tercer aniversario del infierno en la Sierra de la Culebra: tres años de ceniza, dolor y olvido

Hace tres veranos, Zamora ardía. Y lo hacía como nunca antes lo había hecho. El fuego arrasaba el alma de la provincia y convertía en ceniza uno de los pulmones verdes más valiosos del noroeste peninsular.
fuego collage CULEBRA 2022
photo_camera fuego collage CULEBRA 2022

Este 17 de julio de 2025 se cumplen tres años del segundo de los dos incendios que asolaron la Sierra de la Culebra en 2022. Un aniversario que no queremos que pase desapercibido. Porque recordar también es justicia.

Todo empezó aquel 15 de junio de 2022 entre Ferreras de Arriba y Sarracín de Aliste, cuando una tormenta seca desató el primero de los fuegos. Apenas un mes después, el 17 de julio, un nuevo rayo prendía de nuevo la tierra en Losacio. Lo que vino después fue un desastre natural sin precedentes: casi 67.000 hectáreas arrasadas, cuatro vidas perdidas, más de 50 pueblos evacuados y un silencio institucional que aún, hoy, duele como la primera vez.

La Sierra de la Culebra, calcinada

El perímetro afectado por ambos fuegos unía zonas a más de 20 km de distancia a través de una línea de destrucción de 15 kilómetros. Las comarcas de Aliste, La Carballeda, Tábara, Tierra de Alba y Benavente y los Valles fueron escenario de un apocalipsis de humo, llamas y lágrimas. El incendio de Ferreras calcinó 29.670 hectáreas, mientras que el de Losacio arrasó 35.960 más. La reserva de la biosfera Meseta Ibérica perdió un 48 % de su espacio natural protegido en apenas un mes.

No fueron cifras: fueron vidas, paisajes, sueños, recuerdos, animales, y futuro. Fueron árboles que tardarán generaciones en volver a crecer, si es que lo hacen. Fueron pueblos que vieron sus cielos teñidos de rojo, con las maletas en la mano y el corazón en vilo.

fuegos 2022 la culebra
fuegos 2022 la culebra

El homenaje que aún debemos

Hoy, tres años después, recordamos con respeto y emoción a las cuatro personas que murieron intentando salvar lo que era suyo: su casa, su tierra, su vida. Hombres valientes que se enfrentaron al fuego sin más armas que una manguera o una pala. También a todos los que ayudaron en la evacuación, a los vecinos que abrieron las puertas de sus casas, a los voluntarios, a los que lloraron con rabia y a los que hoy, todavía, no han vuelto a pisar sus montes calcinados.

Zamora News estuvo allí, para contarlo, para vivirlo y para sufrirlo. Vimos cómo se organizaban las evacuaciones, cómo las carreteras se llenaban de coches huyendo del humo. Cómo ancianos dejaban atrás sus casas sabiendo que quizás no volverían a verlas. Cómo los bosques caían, ardiendo por dentro, como si fueran papel.

La tragedia del olvido

Hoy, el paisaje es otro. Pero no mejor. En muchos terrenos privados la madera quemada sigue sin sacarse. Las ayudas prometidas por las instituciones se han quedado en titulares. Los planes de reforestación han brillado por su ausencia. Y lo más doloroso de todo: no se han establecido protocolos reales y eficaces para evitar que esto vuelva a ocurrir.

Tres años después, seguimos sin medios suficientes. La Junta de Castilla y León reaccionó tarde y mal, con dispositivos bajo mínimos en plena ola de calor. Y a pesar de las promesas, no se ha hecho una inversión seria ni en prevención ni en dotación de efectivos. ¿Qué hemos aprendido? ¿Qué hemos cambiado? Nada.

Fuego losacio dia 19 (149)
Fuego losacio dia 19 (149)

La Zamora que resiste

Mientras tanto, nos siguen quitando el tren, la cobertura en la provincia es tercermundista, hay pueblos que no tienen agua en verano y las escuelas cierran por falta de niños. Y sin embargo, aquí seguimos. La Culebra no se queja, GRITA...y tampoco olvida. Aguanta. Aguanta en su agónica espera a una muerte anunciada o, tal vez, a un renacer que nunca llega.

En esta tierra de encinas y lobos, la esperanza se mezcla con la resignación. Pero también con el orgullo. El de una gente que se niega a rendirse, que planta cara al olvido con cada brote verde, con cada árbol que resiste, con cada vecino que vuelve a su pueblo aunque ya no tenga sombra bajo la que refugiarse.

Este aniversario no debería ser una fecha más en el calendario. Debería ser una llamada urgente a la acción, al compromiso y a la memoria. Porque no puede haber progreso si olvidamos lo que nos rompió. Porque honrar a los que murieron también es exigir justicia para los que siguen vivos.

Hoy, la Sierra de la Culebra sigue en pie. No como antes. Pero sigue. Y eso ya es un milagro. Uno que no podemos permitirnos volver a poner en riesgo.

Tres años después, seguimos esperando respuestas. Pero también seguimos recordando. Y eso, por ahora, es lo que nos mantiene vivos.

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