Madrugada del Viernes Santo enmarcada en la normalidad de una ciudad en la que el refuerzo policial, unido a la cada vez mayor concienciación de la importancia de la imagen que se exporta ha surtido efecto. Fuentes internas del Ayuntamiento han destacado el amplio despliegue ejercido tanto por la Policía Municipal -cuya competencia es directa del Consistorio-, como de la Nacional y Guardia Civil para tratar de mantener la seguridad en los accesos a la ciudad y puntos más transitados.
Asistencias sanitarias asociadas al consumo excesivo de alcohol vuelven a conformar el grueso de las intervenciones de Protección Civil en un año en el que la congregación de jóvenes en el entorno del parque de San Martín para realizar el tradicional 'botellón' ha sido menor que en ediciones pasadas y que, en este caso, ha transcurrido entre la normalidad asociada a este tipo de reuniones, pero sin ninguna intervención en este punto por embriaguez.
Desde el Consistorio han destacado el comportamiento ejemplar de una buena parte de la ciudadanía y jóvenes ante la constante presencia policial tanto uniformada como vestida de paisano: "Había un refuerzo total". Más de una treintena de efectivos sólo de la Policía Municipal han velado por mantener la seguridad en el entorno urbano, un número que se ha reducido hasta los 21 a partir de las 07:00 am.
Lo más destacado ha sido una riña que se ha producido en el entorno de la Plaza Mayor coincidiendo con la salida de la procesión que ha precisado la asistencia de varios agentes de la Policía Municipal y Nacional.
"Es la mejor noticia". Un informe en el que haciendo balance del conjunto de la jornada sobresalen por encima el número de asistencias por desvanecimientos que se producen a lo largo de todo el día pero especialmente concentrados en las horas del paso de las procesiones y en los puntos de mayor tumulto de visitantes y espectadores.
