En torno a la una de la madrugada la ciudad de Zamora sufría un tremendo aguacero con granizada añadida además de rayos y truenos. Aemet había avisado de la posibilidad de tormentas pero nada hacia esperar un fenómeno atmosférico tan severo.
La granizada afectaba a toda la ciudad y los zamoranos despertaban y se asomaban a balcones y ventanas para observar un verdadero espectaculo si bien también peligroso puesto que las bolas de hielo tenían un tamaño considerable y similar a los habones de Sanabria. La tormenta continuaba con sus relámpagos y truenos y entorno a las dos de la madrugada cesaba la granizada aunque seguía lloviendo.

Algunos vehículos han presentado daños de consideración y varias calles parecían verdaderas pistas de hielo. La primavera entró con fuerza en la Bien Cercada y aporreada por el granizo en este primer día de primavera y de Semana Santa.
Algún intrépido salió a la calle, seguramente de la hermandad del último paso que pudo ser el que diera puesto que algún granizo pudo dejarlo en el sitio.