
El sur de Turquía y el norte de Siria viven una situación de calamidad. A las cuatro de la madrugada la frontera de ambos países sufría un primer temblor que desataba la catástrofe. Dentro de la escala Richter, empleada para medir la magnitud de un terremoto, el primer sismo alcanzó un 7,8, siendo el ocho considerado como destrucción completa.
La cifra de personas fallecidas no para de aumentar, son ya más de 2200 los que han perdido la vida entre los dos países y según autoridades locales la previsión es que asciendan a 10.000.
Además del primer temblor, las réplicas no se han hecho esperar, incluso llegando a una magnitud de 7,6 en una de ellas, mientras los equipos de rescate se encontraban realizando actividades de búsqueda entre los escombros.
Son ya más de 3000 los edificios colapsados, dejando barrios completamente destruidos y con la red eléctrica caída. Las labores de rescate se complican con los últimos momentos de luz solar.
Varios países, entre ellos España, Estados Unidos e, incluso, Ucrania han enviado refuerzos para las labores de rescate de personas que pudieran estar atrapadas bajo los restos de los edificios.
En total, el terremoto ha afectado a Chipre, Turquía en su totalidad, Jordania, Líbano, Ira, Georgia, Armenia y Siria, también en su totalidad.