"Tres personas han fallecido y otras cinco han resultado heridas esta tarde en un choque frontal entre dos vehículos a la altura de Muelas del Pan, en el kilómetro 483 de la Nacional 122. Las tres víctimas mortales, miembros de una misma familia, eran los ocupantes de uno de los vehículos accidentados, que fallecían en el acto mientras que otras cuatro personas han resultado heridas de diversa consideración y evacuadas al complejo asistencial de Zamora tras ser excarceladas por los bomberos de Zamora del interior del otro turismo implicado en el siniestro".
Así comenzábamos una crónica en la que las imágenes partían por la mitad a cualquiera que intentara fotografiar el campo de batalla tras un choque frontal que desperdigó trozos de los vehículos por más de 150 metros justo frente a la conocida gasolinera de Muelas del Pan, un fatídico 3 de enero del año 2015.
El suceso se produjo a las 18.45 horas de aquella tarde fría de pleno invierno zamorano frente a la gasolinera de Muelas del Pan, donde años después se colocó metros antes un radar y las señales de no exceso de 90 kmts/h. Una jornada que finalizaba de forma trágica con la colisión de un Citroen BX de color gris y un Seat Alhambra de color rojo. Presenciamos "in situ" la virulencia de aquella colisión y también la desgracia de aquellas tres personas fallecidas de una misma familia por las que nada se pudo hacer, más tarde y entre los 5 heridos graves, una cuarta víctima engrosaba el accidente más sangriento y mortal de estos siete años atrás en la fatídica estadística de los accidentes de la provincia en la también maldita N-122 que sigue siendo un clavo y un punto negro en Zamora.
Los marcadores de los vehículos se clavaban en aquel día, uno de ellos además en una velocidad que fue excesiva y que apenas tocó el freno en aquel momento, una vía de circulación de no más de 90 kilómetros por hora era rebasada en más de 40, el conductor de la Seat Alhambra excedía el límite de velocidad y tras las pruebas practicadas también había consumido estupefacientes.
La sentencia fue clara en su momento y ahora haciendo un resumen rápido del caso resaltar que el causante pagará una pena trasladada a dinero de 6 euros diarios durante 20 meses, eso si lo tendrá que hacer en menos de un año. Total de la cuenta de pago de la pena es de 3.600 euros por la muerte de 4 personas cuando se demostró en su momento que el conductor que provocó el accidente había consumido sustancias estupefacientes y también habría excedido el límite de velocidad de la vía en cuestión.
Demostrado quedó en su momento que el juzgado y culpable provocó 4 homicidios imprudentes y a su vez lesiones a 3 personas con el mismo resultado y que asumía la condena de 4 años de prisión. Una sentencia sin reparto, total, y de cumplir ya que el acusado asumió la culpabilidad y claramente, no se repartieron los 4 años entre los 4 fallecidos puesto que si la muerte por homicidio imprudente es de tan solo un año de prisión también habría sido de una crueldad magnífica.
Ahora tras siete años de lenta y tediosa justicia, el resultado es de 3.600 euros de pena para el acusado, una verdadera aberración si finalizase ahí y que demostraría que matar de forma imprudente a 4 personas tiene un coste para el culpable de 900 euros por individuo.
El enfado, cabreo y malestar de los familiares de los fallecidos es manifiesto, siete años después, la persona que mató a su familia paga 900 euros por cada uno de sus seres queridos y queda libre tras sesgar la vida de 4 personas llenas de vida. Barata sale la vida de un vecino de Muelas del Pan si no hubiera más remedio que acatar esta extraña sentencia que tiene apelación por supuesto, y que de forma inmediata han recurrido en el bufete de abogados de la familia Badás Miguel.
El juzgado de lo penal, admite la reducción de pena a 3 años, exime de la entrada en prisión del acusado y le condena a la no comisión de delitos en ese plazo y al pago de 3.600 euros, una ejemplar sentencia para tener más que claro que el homicidio temerario en Zamora tiene un coste de 900 euros por persona y que aunque uno vaya drogado y provoque el luto y la desgracia de una familia su coste no llega a mil euros. No se trata de poner en cuestión nada más y nada menos que un código penal que al igual que otras muchas leyes en este país han de ser recolocadas, renovadas y en este caso incluso retiradas del mapa de la jurisprudencia, sobre todo al entender que las campañas de la DGT de nada sirven si se sigue consintiendo que estas penas sean impuestas a reos que tras haber consumido drogas y matar a 4 personas son revólveres en potencia y que por poco menos de mil euros pueden sesgar vidas inocentes.