Un camión cargado con filtros de aceite se vio envuelto en llamas, desencadenando una serie de acontecimientos que alteraron el tráfico y movilizaron a los servicios de emergencia.
La Guardia Civil, en su tarea de mantener la seguridad vial, se vio obligada a cerrar el tráfico en ambos sentidos pasadas las tres de la tarde. La situación se volvió aún más crítica cuando las llamas del vehículo incendiado se propagaron hacia el monte cercano, generando preocupación entre las autoridades y los conductores varados en la zona.
Ante esta emergencia, se movilizaron dos equipos de bomberos de Villardeciervos y un helicóptero para contener el avance del fuego. Afortunadamente, las labores de extinción fueron efectivas y el incendio pudo ser controlado alrededor de las cuatro de la tarde, según informaron fuentes oficiales.
Sin embargo, las consecuencias del suceso no terminaron allí. La retención resultante alcanzó proporciones significativas, extendiéndose a lo largo del kilómetro 41 de la autovía y afectando a numerosos turismos y vehículos pesados. Ante la imposibilidad de avanzar, la Guardia Civil tomó la decisión de ordenar a los vehículos retenidos en dirección a Benavente que regresaran en sentido contrario hasta el enlace de Rionegro del Puente, desviando también el tráfico hacia el norte por la carretera nacional N-525.
La situación en la autovía A-52 se convirtió en un caos, con conductores desconcertados y preocupados por la duración de las retenciones. Aunque el incendio fue sofocado y la carretera eventualmente se reabrirá al tráfico, este episodio sirve como recordatorio de los peligros que pueden surgir en las carreteras y la importancia de la rápida respuesta de los servicios de emergencia para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía.