Miércoles Santo en Zamora: El Silencio cumple 100 años y las Capas Pardas tiñen de tradición la noche más sobria de la Pasión
La ciudad se prepara para vivir una jornada única con dos de sus procesiones más emblemáticas: el centenario del Silencio y el sobrecogedor desfile de las Capas Pardas
Zamora se adentra en el corazón de su Semana Santa con una de las jornadas más esperadas y sobrecogedoras: el Miércoles Santo, donde el recogimiento y la austeridad se hacen cuerpo en las calles de la ciudad gracias a la salida de dos procesiones cargadas de simbolismo: la Hermandad de Jesús del Silencio, que este 2025 celebra su centenario fundacional, y la Hermandad Penitencial de las Capas Pardas de San Claudio de Olivares, un desfile que hunde sus raíces en el alma rural y devocional de Zamora.
El Silencio: 100 años de fe y silencio que siguen resonando
A las 20:30 horas, los hermanos se congregan como cada año en la Plaza de la Catedral, donde tiene lugar la tradicional ofrenda de silencio y el juramento colectivo, un ritual cargado de solemnidad que da inicio al recorrido del Santísimo Cristo de las Injurias, imagen titular de la Hermandad de Jesús del Silencio, fundada en 1925.
La procesión recorrerá un extenso itinerario que atraviesa los puntos más emblemáticos del casco histórico y el centro de Zamora. Tras salir desde la Catedral, discurrirá por la Plaza de Antonio del Águila, Obispo Manso, Arias Gonzalo, Rúa del Silencio, Plaza de los Ciento, Notarios, Francos, Viriato, Ramos Carrión y Plaza Mayor, sin realizar la vuelta habitual. El cortejo continúa por Renova, Sagasta, Santa Clara, Alfonso IX y San Torcuato, retornando por el mismo camino hasta la Plaza de la Catedral, donde culminará pasadas las 02:15 de la madrugada.
Este año, el centenario reviste de especial emotividad a esta procesión, en la que miles de zamoranos se funden en un solo latido, en un único silencio que es oración, respeto y memoria viva de la tradición más austera de la ciudad.
Las Capas Pardas: la fe ancestral desde la Horta
A la misma hora, desde la iglesia de San Claudio de Olivares, inicia su salida la Hermandad Penitencial de las Capas Pardas, un cortejo que transforma la ciudad en escenario de rito y ancestralidad. Los hermanos, cubiertos con sus características capas de pastor alistano, caminarán en fondo de dos con faroles y hachones, componiendo una de las estampas más singulares y sobrecogedoras de la Semana Santa zamorana.
El recorrido los llevará por la Plaza de San Claudio, Cabildo, avenida de Vigo, cuesta y calle Pizarro, Rúa de los Francos y Plaza de San Ildefonso, cruzando por el Arco de San Ildefonso hasta alcanzar la Plaza de Fray Diego de Deza, donde se realiza el rezo del Vía Crucis. Desde allí, la procesión asciende por Arias Gonzalo, Obispo Manso y Antonio del Águila, bajando después por la Cuesta del Obispo, Trascastillo y Rodrigo Arias, hasta regresar a su templo. Como es tradición, en la Plaza de San Claudio se entonará el Miserere Alistano, cerrando la noche en un silencio estremecedor que solo se rompe por la emoción compartida.
Una noche de ritual y ciudad
El Miércoles Santo en Zamora es noche de ciudad vieja y alma antigua, de faroles temblorosos, de pisadas descalzas y juramentos mudos, de Cristos en soledad y cantos de alabanza ahogados en la piedra. Es la noche en que Zamora se escucha a sí misma, caminando por sus calles con el corazón abierto, entre el silencio de los 100 años y el murmullo ancestral de las capas pardas que abrazan la madrugada.