Villaralbo se cubre de luto en un Viernes Santo marcado por la emoción y el respeto

Villaralbo (Zamora), 18 de abril de 2025 — El Viernes Santo tiñó de negro el alma y las calles de Villaralbo, que vivió una de las jornadas más sentidas de su Semana de Pasión de la mano de la Cofradía de Nuestra Madre, fundada en 1984 y convertida desde entonces en uno de los pilares devocionales del municipio.

Villaralbo
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El día comenzó con la celebración de la Pasión del Señor a las 17:30 horas en la iglesia parroquial, donde los vecinos revivieron el sacrificio de Cristo con recogimiento. Pero fue ya entrada la noche, a las 21:00 horas, cuando la emoción se desbordó en las calles con la salida de la procesión de Nuestra Madre, que partió desde el templo para recorrer el corazón del pueblo en una atmósfera de silencio, fe y respeto.

Villaralbo Nuestra Madre
Villaralbo Nuestra Madre

Un recorrido breve pero intenso

La procesión avanzó por la calle de la Iglesia, plaza Rey Juan Carlos I, calle Fernando Gutiérrez, y la plaza Mayor, donde se realizó una oración colectiva, para finalmente regresar a la iglesia parroquial. Durante el trayecto, las luces tenues y los cirios encendidos acompañaban a la imagen titular, Nuestra Madre, una delicada talla atribuida a la escuela de Francisco de Fermín, que avanzaba entre los cantos solemnes de la banda y las miradas emocionadas del pueblo.

villaralbo nuestra madre
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La Salve: el alma de la noche

Uno de los momentos más esperados y emotivos de toda la Semana Santa villaralbina tuvo lugar justo antes de concluir la procesión. A las puertas del templo, las hermanas de la Cofradía, vestidas de riguroso luto, se colocaron frente a la imagen y, en compañía de decenas de vecinos y vecinas, entonaron la Salve en honor a la Virgen, con voces que se quebraban entre lágrimas y devoción. Fue un instante de comunión colectiva, de homenaje a las madres, a la Virgen Dolorosa y a la tradición que se ha transmitido de generación en generación.

La fuerza de la cantera cofrade

La procesión de este año destacó también por la notable participación de los más pequeños en la banda de cornetas y tambores, cantera de la Cofradía de Jesús Nazareno, que acompañaron todo el recorrido con ritmo solemne. Ataviados con caperuz amarillo y túnica morada, como los cofrades adultos, los niños demostraron que el relevo generacional está asegurado y que la Semana Santa en Villaralbo tiene mucho futuro.

Villaralbo 1
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Concluyó así una jornada de luto y devoción, en la que la imagen de Nuestra Madre —avanzando con serenidad entre rezos, cornetas y lágrimas— volvió a convertirse en símbolo de fe y unión en Villaralbo. Una noche más, el pueblo rindió homenaje a su Virgen y a sus tradiciones, en un acto donde lo esencial sigue siendo lo más auténtico: el recogimiento compartido y la emoción sincera.

Villaralbo3
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