Un pregón desde la antropología y la fe

photo_camera Javier Fresno ofreció un magnífico pregón desde la antropología y desde la fe

Javier Fresno destaca en Salamanca la implicación del pueblo zamorano con su Semana Santa.

Desde la fe como sacerdote y desde la antropología como hombre y estudioso. El delegado diocesano de Religiosidad Popular, Javier Fresno, pronunció en el Casino de Salamanca el pregón de la Semana Santa de Zamora con un brillante discurso que tuvo como hilo conductor el camino hacia la resurrección en el que puso de relieve los hechos diferenciales de la Pasión zamorana.

"En el principio fue el pie". Con esta frase comenzaba Javier Fresno su pregón, como alusión al peregrinaje y evocando su experiencia cofrade en el mes "más importante del año" que marca el calendario.

Desde la antropología, el pregonero destacó el papel integrador de la Semana Santa, así como la reactivación de las funciones sociales "en un mundo de identidades líquidas en el que el hombre sigue necesitando referencias para entenderse a sí mismo y a los demás. Y la Semana Santa los proporciona".

Fresno se refirió entonces a que la palabra no basta como elemento transmisor. "Hay que echar mano de otros lenguajes: la expresión artística" y definió la imaginería zamorana "sin estridencias", repasando las expresiones de los Cristos y Vírgenes zamoranos. "En la iconografía zamorana -aseguró- prima lo descriptivo, no sólo en sus imágenes, sino en sus escenas. Son viñetas, escenas, fotogramas de una Pasión tangible".

Y de la palabra el pregonero pasó al silencio. "La voz, el grito, el llanto, lo pone la ciudad pero a su modo. Y canta recordándonos que Cristo se hizo hombre, a la Cruz, en un miserere. Mientras Dios calla, las voces de mi tierra gritan. Hasta que se hace el silencio y las piedras saltan", evocando el sonido del Merlú en la madrugada del Viernes Santo o el rítmico tañido de las campanas del Barandales, asi como la música que mece a los pasos. "Y Thalberg, siempre Thalberg".

Para Javier Fresno, delegado diocesano de Religiosidad Popular, la Semana Santa "es un espetáculo que tiene tal trasfondo sagrado que es una liturgia" y recordó la fraternidad de los hermanos de paso en sus oraciones y bromas, en las flores sobre las tumbas o en la oración final que rezan "hechos una piña" anticipándose a la siguiente Semana Santa. "Hasta el año que viene".

Armado sólo de su palabra y su verbo brillante, sólo interrumpido por la música del bombardino de la Hermandad de Penitencia, la "suya", la de "su" Cristo del Amparo, de la que es capellán, Javier Fresno finalizó su intervención invitando a los salmantinos a vivir la Pasión en Zamora.

Acompañaron al pregonero en Salamanca el presidente de la Junta pro Semana Santa y de la Hermandad de Penitencia, Antonio Martín Alén (quien explicó la declaración BIC de la Pasión zamorana); la vicepresidenta del órgano de cofradías, Isabel García; el concejal Manuel Hernández; la secretaria primera de las Cortes, Isabel Alonso, así como el presidente de la Junta de Cofradías de Salamanca y representantes del Ayuntamiento de la capital vecina, que una vez más abrió sus brazos para que Zamora pregonase su Pasión en la ciudad de la piedra dorada.

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