Disciplina y Penitencia para un Jueves Santo teñido de morado. Por fin el terciopelo inunda las callas de una Zamora rendida a una de sus cofradías predilectas y oficialmente considerada como la más antigua de la ciudad. Auténtico emblema de nuestra Semana Santa por su historia, patrimonio, consideración y belleza, la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Disciplina y Penitencia ha vuelto a salir un Jueves Santo más ante un sol radiante para dar continuidad al día más largo del año.
En una ciudad que no dormirá para llorar la muerte de Cristo en la cruz, los once pasos de la Vera Cruz aguardaban estratégicamente colocados en la carpa habilitada por la Junta Pro Semana Santa con los cargadores ultimando los preparativos y realizando las preceptivas fotografías para el recuerdo y los cofrades agolpados con las nuevas generaciones como los protagonistas inevitables de los objetivos.
En un año marcado por la ausencia del antiguo templo museístico, la cofradía ha tenido que adaptarse como otras muchas a las actuales circunstancias en un itinerario levemente modificado en la ida -con salida desde la plaza Claudio Moyano y Viriato para poner rumbo en dirección a la Plaza Mayor cruzando de paso- y en el regreso desde la Catedral, que obliga a la procesión a rodear la iglesia de San Juan para cruzar ya esta vez la Plaza Mayor para retomar hacia el punto de salida.

El manto morado se ha extendido a lo largo de cientos de metros con los hermanos con su caperuz, túnica ceñida con cíngulo amarillo amparándose en la vara de madera rematada con una cruz, símbolo de la cofradía. Un desfile marcado por el detalle del estallido de uno de los farolillos de la mesa de la Santa Cruz, emblema de la cofradía cuando el paso se disponía a adentrarse en la calle Renova y que ha obligado a los propios hermanos a recoger los restos de los cristales esparcidos por el suelo.
No cabe un alma en Zamora en esta tarde, un ambiente que probablemente se mantendrá al menos hasta la última hora del Viernes Santo y que ha obligado a muchos a improvisar aparcamientos ante la falta de espacio.

Encontrar un hueco se convirtió en toda una proeza con familias enteras, turistas y zamoranos procedentes de toda la provincia que se han desplazado para contemplar la belleza de unas tallas que se remontan hasta el siglo XVII como La oración del huerto -más conocido como 'Los Olivos-, Jesús Nazareno y La Flagelación, si bien el grueso de ellas fueron esculpidas en los últimos 200 años con El lavatorio de los pies de Higinio Vázquez García como su incorporación más reciente en el año 2001.
Los más de 2.500 hermanos apostados en dos filas individuales han procesionado al ritmo de la música fúnebre de las bandas de música apostadas tras los pasos en un recorrido con parada obligada en la Santa Iglesia Catedral para proceder a la preceptiva merienda aderezada con aceitadas mientras los más devotos han accedido al templo para cumplir con la tradición de adorar al Santísimo.
Ha sido en una procesión de más de cinco horas de recorrido que ha finalizado ya con los farolillos de las mesas alumbrando las tallas y grupos escultóricos con la primera hora de la noche anunciando la llegada del Yacente y de Jesús Nazareno. El Jueves Santo continúa y enlaza con un viernes de luto en el que el negro tomará el relevo.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DE LA PROCESIÓN DE LA VERA CRUZ por Marcos Vicente
GALERIA FOTOGRÁFICA DE LA PROCESIÓN DE LA VERA CRUZ por Aroa CF
