Originalmente programada para salir a las 18:30 horas, esta procesión, que evoca la angustia y el dolor de la Virgen María ante la muerte de su Hijo, tendría que haber sido un momento de profunda devoción y recogimiento para los fieles de la ciudad.
Sin embargo, debido a las circunstancias meteorológicas, la procesión no pudo llevarse a cabo como estaba previsto. Todos los asociados de la Cofradía estaban llamados a asistir y acompañar el cortejo con vestimenta negra, en señal de duelo y respeto por la figura de la Virgen en su soledad.
Durante el recorrido planificado para la procesión, se había planeado realizar una ofrenda encendida, un gesto simbólico de veneración y devoción hacia la Virgen. Sin embargo, estas expresiones de fe y tradición se vieron truncadas por la decisión de suspender el evento.
A pesar de esta decepción, la comunidad de fieles de la Cofradía Virgen de la Soledad se une en la esperanza de que en futuras ocasiones puedan rendir el merecido tributo a su patrona de una manera plena y significativa.
La suspensión de la Procesión de la Soledad es una muestra más de los desafíos y obstáculos que a veces enfrenta la celebración de la Semana Santa, pero también es un recordatorio de la fuerza y la perseverancia de la fe en medio de la adversidad. En estos momentos el coro y los fieles mantienen un acto de oración y cánticos a la Virgen