No hay soledad como la Soledad, de luto zamorano con un manto negro de raso en medio de su ciudad. Soledad de Sábado Santo, de Plaza Mayor y tulipas, de silencio y de Zamora vaciada.
Sábado Santo sin procesión por la tarde, con Vía Matris por la mañana, con decenas de zamoranos acercándose, como en días anteriores, a ver a su virgen. Via Matris de los siete dolores de una madre que ha perdido a su hijo, Via Matris coronado con la Salve a la que este año le faltaron muchas voces en la Plaza Mayor.
Soledad de Zamora, Señora de la ciudad que, con las puertas de San Juan abiertas, acoge en sus manos entrelazadas a todos sus hijos de la ciudad, a los que regresan por la Pasión, a los que este año han tenido que quedarse lejos. Madre de todos los zamoranos, vida y dulzura, esperanza nuestra hasta en momentos de soledad.
Sábado Santo de Soledad, de recogimiento, de muchos zamoranos de fuera que marchan a sus casas en Castilla y León, de muchos zamoranos que con el corazón encogido, lejos de su ciudad del alma, rezarán esta noche a su Virgen de la Soledad.
Virge macarane