Sin olor a incienso, Zamora vuelve a sentir el ritmo de su Semana Santa en pleno mes de octubre. El cierre del actual Museo que dará cabida a un remodelado y ampliado espacio ha obligado a trasladar las mesas, imágenes y conjuntos escultóricos que durante todo el año descansaban en la plaza de Santa María la Nueva y que ahora lo harán en diferentes iglesias y espacios de las propias cofradías.
Hoy le ha tocado el turno a tres de los pasos más venerados de la Real Cofradía del Santo Entierro. La Magdalena, que tradicionalmente abre la procesión, ha vuelto a abrir la comitiva entre la expectación que despierta el saber que, al menos durante la próxima semana de Pasión, la mayoría de ellas tendrán que modificar su trayecto original para adaptarse a la ausencia del Museo que estará en plenas obras.
A La Magdalena han acompañado en su traslado las imágenes de la Virgen de los Clavos y la urna, algunos de los pasos más simbólicos de la cofradía que ha contado con la presencia de los habituales cargadores de los pasos y en un ambiente de emoción que poco distaba del que se respira al compás de los tambores y bajo la compañía de los hermanos vestidos con traje y caperuz de terciopelo negro. Un traslado que ha finalizado een la iglesia de San Esteban, donde estas tallas permanecerán hasta que concluyan las obras del nuevo Museo.
Aún quedan seis meses para que los pasos vuelvan a procesionar por las calles de Zamora, recorriendo su casco antiguo con el recogimiento típico de de las procesiones castellanas. Medio año de espera que, a muchos, hoy se les ha hecho un poco más llevadero. La Semana Santa también ha estado presente a lo largo de este mes de septiembre y continúa recorriendo la ciudad hasta sus iglesias de destino.
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