La Hermandad Penitencial de Jesús Yacente organizó el primer Vía Crucis del año en la Iglesia del Corpus Christi donde las monjas de clausura pudieron ver la magnífica talla del Yacente y oír el Miserere.
Galería de fotos de Aroa Colmenero.
Jesus Yacente caminó sobre los hombros de sus cargadores mientras la madre, la Virgen del Tránsito, dormía varios metros por encima del altar acogiendo a decenas de fieles y observando a sus hijas, las monjas de clausura que todo el año le acompañan.
El padre Manuel San Miguel fue el encargado de oficiar la misa antes de que tuviera lugar el Vía Crucis con una iglesia a oscuras sólo iluminada por los cirios del Yacente que fue recorriendo Jesús sobre sus parihuelas antes de que el Miserere retumbara en un templo en el que también sonaron, entre otros cánticos, Stabat Mater.
La misa, en la que se siguieron las recomendaciones contra el Coronavirus de no dar la paz y coger la forma consagrada con las manos, finalizó con un obsequio de la Hermandad a las hermanas del convento y de éstas a Dionisio García como Hermanos Mayor de Jesús Yacente.
