Jesús en su Tercera Caída llevó a cabo la imposición de medallones a los nuevos hermanos y el reconocimiento a los mayordomos de 2019.
Con media hora de retraso por un pequeño lapsus del sacerdote, la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída llevó a cabo el rito de entrada de nuevos hermanos demostrando que pese a dos años sin procesiones, la Tercera Caída es una de las hermandades con mejor salud en la actualidad. Desde Ángela, Tiago y David, los más pequeños en entrar en la cofradía este año, con apenas unos meses, hasta hermanos de mucha mayor edad, los 15 nuevos cofrades de la Tercera Caída recibieron su medallón en San Lázaro. Predominaron las mujeres, quienes desde el pasado año pueden ya ser hermanas de pleno derecho y que llevó incluso a que tres hermanas compartieran este rito de entrada a la ve y, ojalá pronto, su primera procesión de Lunes Santo.
El acto, muy diferente al del pasado año cuando San Lázaro se quedó pequeño para recibir a muchas hermanas y algunos hermanos que querían formar parte de la Tercera Caída, fue más frío, como todos los actos en esta pandemia, sin poder imponerse los medallones, por las mascarillas, por la separación entre hermanos, pero pudo volver a realizarse en esa vuelta a la normalidad tan necesaria.
Al acto acudieron 15 nuevos hermanos y 11 mayordomos que han cumplido toda una vida al lado de la hermandad.
José Fernández Nieto, presidente de la hermandad, explicó que las restricciones sanitarias habían obligado a realizar este acto en uno y no dividido en dos como otros años pero valoraba lo interesante que era que los nuevos hermanos pudieran mirar a su lado a los mayordomos que habían contribuido toda una vida a la cofradía. Igualmente pidió a los más veteranos que aconsejaran y fueran padrinos de los nuevos hermanos.