La corona de flores de la hermandad, en recuerdo de todos los fallecidos, no se pudo colocar en el crucero del cementerio donde descansan muchos zamoranos.
No pudo Jesús, Luz y Vida acompañar a todos los zamoranos que se han ido en busca de otra vida, no pudo ser ese alimento del alma en un año que son dos y que ha sido tan duro para Zamora y para el mundo. No pudo ir a pregonar la vida al camposanto, allí donde tantos zamoranos descansan después de haber sido partícipes de otras Semana Santas zamoranas. Allí donde la noche se hace eterna, donde la luz llega cada Sábado de Pasión, hoy no hubo procesión física pero sí hubo una llamada de oración que llegó.
De Profundos, los salmos más bellos que se escuchan en San Atilano hoy se entonaron junto a la capilla de Jesús, Luz y Vida. Sonaron con más ahínco los cánticos para que salieran fuera de San Atilano, para que llegaran ahí arriba.
Y así, en el año más necesario, en un año sin público pero con mucha necesidad de pregonar la vida, la hermandad cumplió recordando a los que no están.
GALERÍA DE IMÁGENES La ofrenda de Luz y Vida foto a foto Fotos Marcos Vicente