Francisco Igea y Alfonso Fernández Mañueco han explicado las conversaciones que han tenido con el Gobierno de España y con la Conferencia Episcopal quienes tienen "buena disposición" para suspender la Semana Santa de Castilla y León, comunidad que ha pedido al Gobierno de España la declaración de alarma sanitaria.
Las conversaciones se unen al comunicado firmado por el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, y el arzobispo auxiliar, de Valladolid, Luis Argüello, quienes han transmitido a sus feligreses una serie de orientaciones acerca de cómo se organizará la fe en las semanas venideras para «evitar el avance acelerado de la enfermedad». Sobre este tema, se adjuntan algunas de las advertencias más difundidas por las instituciones: el lavado de manos frecuente con jabón, evitar lugares concurridos y suspender las actividades colectivas en espacios cerrados que impliquen un número superior a las mil personas.
En cuanto a las medidas asumidas directamente por la Archidiócesis de Valladolid, se anuncia la suspensión de la catequesis y las charlas de forma presencial. Sobre la Semana Santa, el arzobispo reconoce que este año se vivirá «de una manera nueva sin las expresiones de la devoción popular en la calle».