La Semana Santa ha comenzado en Fuentesaúco con una emotiva jornada de Domingo de Ramos en la que los ramos de laurel, la devoción popular y la ilusión compartida han marcado el inicio litúrgico de la Pasión. Este año, con una novedad especialmente celebrada: el estreno del paso de Jesús y la borriquilla, obra de Jacinto de la Vega y Eva Almaraz, que por primera vez ha recorrido las calles del municipio zamorano.
La mañana radiante acompañó a vecinos y feligreses en una procesión encabezada por la Cruz Parroquial, decorada con ramas de laurel, símbolo de la bienvenida a Cristo como rey en su entrada a Jerusalén. Niños vestidos de hebreos portaron con solemnidad la nueva imagen, generando una estampa de gran fuerza emocional para los asistentes.

Tradicionalmente, la bendición de ramos se realizaba en la Ermita de los Dolores o en la Iglesia de Santa Clara. Sin embargo, debido a las obras que aún afectan a la Ermita, al igual que el pasado año, la ceremonia tuvo lugar en la puerta de la Iglesia de Santa María del Castillo, manteniendo viva la tradición en un nuevo escenario.
Desde allí partió la procesión, que recorrió las principales calles del pueblo: la Plaza de Santa María, la calle Dr. Olivares, la Plaza Mayor, la calle Derecha de Salamanca y la Plaza de San Juan. Durante todo el trayecto, los vecinos participaron activamente portando sus ramos de laurel bendecidos y acompañando la comitiva en un ambiente de recogimiento y alegría.
El párroco de la localidad y el coro parroquial pusieron el broche final al cortejo, que concluyó en la Iglesia de San Juan Bautista con la celebración de la solemne Eucaristía. Un momento de comunión y fe que simboliza la entrada triunfal de Jesús y que este año ha cobrado una nueva dimensión con la incorporación de este esperado paso procesional.
La imagen, regalo de Jacinto de la Vega y Eva Almaraz, ha sido acogida con entusiasmo por los saucanos, quienes ven en ella una forma de reforzar la identidad religiosa y cultural del municipio. La llegada de La Borriquilla a Fuentesaúco supone no solo un estreno artístico, sino un gesto cargado de simbolismo para una comunidad que vive con intensidad cada momento de su Semana Santa.
