Una Esperanza 'andaluza' articulada, con joyas, traje zamorano y 'esculpida' a orillas del Cantábrico: así es la historia de la imagen

Es, junto a la Virgen de los Clavos, la única con reminiscencias al sentir del sur. Sobre ella se ha erigido una cofradía entre los colores blanco y verde que recuerdan al levante, entre peinetas, mantilla de blonda y tacones y tulipas

Distinción resaltada sobre el negro riguroso de unas damas que únicamente portan el verde en las cintas de su medalla y entre las manos que iluminan la imagen de la Virgen. Esta es su historia

Esperanza (24)
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Su estética levanta pasiones al tiempo que contrasta con la austeridad en colores y forma con el sentir más castellano. La Virgen de la Esperanza, imagen esculpida hace 73 años, conforma una de las tallas más queridas de la Semana Santa de Zamora sobre la que se ha erigido una Cofradía con entidad propia y que ha sabido adaptar el acento andaluz a la sobriedad y el luto característico de nuestra Pasión. Toda una amalgama de matices que hacen de esta una procesión única erigida sobre una imagen como pocas en Zamora. 

Es, junto a la Virgen de los Clavos, la única con reminiscencias al sentir del sur. Sobre ella se ha erigido una cofradía entre los colores blanco y verde que recuerdan al levante, entre peinetas, mantilla de blonda y tacones y tulipas. Distinción resaltada sobre el negro riguroso de unas damas que únicamente portan el verde en las cintas de su medalla y entre las manos que iluminan la imagen de la Virgen. Esta es su historia. 

La imagen titular de la Cofradía supone una cesión por parte de la Cofradía de Jesús del Vía Crucis, la entrega en la noche del Martes Santo ras la despedida de su hijo -el Nazareno de San Frontis- a orillas del Duero para emprender su descanso y vela en la Iglesia Conventual de las Dominicas Dueñas de Cabañales. Allí permanece hasta la mañana del Jueves Santo, cuando la Virgen emprende de nuevo su camino hacia la Santa Iglesia Catedral. Fue adquirida en el año 1950 al escultor Víctor de los Ríos Campos por un importe de 8.000 pesetas de entonces. 

En mayo de 1950 comenzaron a enviarse escritos a diferentes escultores con el fin de obtener presupuestos y plazos para esculpir la imagen de la Virgen gracias al donativo de 25.000 pesetas realizado por dos Carlos Pinilla Turiño a la Cofradía del Vía Crucis. La elección recayó sobre la propuesta realizada por el asturiano Víctor de los Ríos Campos que posee sus mejores trabajos repartidos entre León, Linares, Santander y Palencia, así como en Orihuela, Hellín, Alicante y Tarragona.

Si bien el escultor nació en Santoña (Santander) ya de adolescente se trasladó junto a su familia a Madrid donde trabajó con artistas de renombre y creó su propio taller del que surgió la imagen de nuestra Virgen más plural. 

Tallada como imagen de bastidor de 1,70 cm de altura, posee los brazos y la cabeza articulados, mientras que su impresionante corona de plata fue obra del joyero zamorano don Bautista García Sánchez. Porta un manto de terciopelo verde bordado a mano por las religiosas franciscanas del convento de Santa Marina de Zamora. Orlado con greca de hilo de oro, cuenta con trescientas cincuenta y una estrellas donadas por devotos cuyos nombres quedaron escritos en el reverso del manto, ocultos por el forro.

Actualmente la imagen encuentra ubicada en la Capilla de San Nicolás de la Santa Iglesia Catedral de Zamora. La primera procesión que realizó fue el martes santo 20 de marzo de 1951 dentro del Vía Crucis, si bien no fue hasta 2010 cuando se aprobaron los Estatutos fundacionales de la Cofradía Virgen de la Esperanza de Zamora. 

Desde 2014 las mujeres portan las nuevas medallas de la ya constituida Cofradía que salió por primera vez a las calles siguiendo el recorrido habitual entre el convento de las Dueñas y la Catedral en 1961. 

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