Encuentro en un soleado Domingo de Resurrección; la Semana Santa más esperada se despide
Las escopetas anunciaban el Encuentro en un Domingo de Resurrección marcado por las varas a rebosar de flores y claveles, el sonido de las marchas regulares y los tiros al aire
Zamora ha vuelto a sentir y sus calles y gentes son testigo de ello. Turno ahora de un dos y pingada, plato estrella de un Domingo de Resurrección que nos deja de nuevo a la espera. Salud para el próximo año.
Tiros al aire. Las escopetas anuncian el Encuentro en un Domingo de Resurrección marcado por las varas a rebosar de flores y claveles, el sonido de las marchas regulares y los tiros al aire: anuncio de una Semana Santa que toca a su fin y que ha dejado a la ciudad disfrutar de sus procesiones, a excepción de un fatídico Lunes Santo que se saldó con las dos procesiones –la de la Tercera Caída y la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte-, víctimas de la lluvia.
Los estandartes de las dos cofradías de la Santísima Resurreción se encontraban a las 11:15 horas como antesala de lo que apenas minutos más tarde sería el Reencuentro con el que se pone punto final a una Semana Santa de vuelta a las calles tras dos años marcados por la pandemia y en los que las veneradas imágenes de nuestra Pasión zamorana tuvieron que aguardar a que la evolución sanitaria fuera propicia.
Este año sí, la Virgen del Encuentro y el Jesús Resucitado han podido bailar en la Plaza Mayor, en una imagen en el que la talla de María se deshace de su mantón de luto para recibir a su hijo. Ha sido en una Plaza Mayor abarrotada de zamoranos, visitantes y turistas y que de nuevo ha estado marcado por una indisposición, como ya sucedió en la tarde-noche de ayer durante la procesión de la Virgen de la Soledad.
Día de dar gracias. En estos dos años marcados por la Covid-19, la retransmisión en directo de ZAMORANEWS agradecía a sanitarios, trabajadores y personal esencial por todo su trabajo durante este largo tiempo sin procesiones pero en el que hemos aprendido a cuidarnos para cuidar a los nuestros. Aún con el virus presente, las mascarillas han marcado la “nueva normalidad” con la obligatoriedad de su uso entre los diferentes cofrades, hermanos y hermanas y damas.
La Plaza Mayor acogía un acto de lo más esperado y que pondrá el broche de oro a un gran trabajo de organización por parte de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para asegurar el normal desarrollo de las procesiones así como de los voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja y de los diferentes mayordomos y mayordomas de todas y cada una de las cofradías.
Como ha venido siendo habitual, el retraso ha marcado la llegada de ambos pasos al punto de encuentro en el centro de la Plaza y a escasos metros del Ayuntamiento nuevo. Allí esperaban ya pacientemente monseñor Fernando Varela –obispo de Zamora-; la presidenta de la Junta Pro Semana Santa, Isabel García, miembros de las cofradías y el presidente de la Santísima Resurrección, Josué Crespo.
El tradicional fondo antes de la entrada de los pasos ha dejado momentos de expectación en una plaza a rebosar y en el que la Virgen del Encuentro ha procesionado hasta el punto indicado con sus vestiduras de luto para aguardar fielmente la llegada de su hijo, paso que se acercaba minutos más tarde, custodiado por agentes de la Policía Nacional con el traje de gala frente a la tradicional presencia de la Guardia Civil junto a la imagen de la Virgen. Las dos imágenes han protagonizado el ansiado reencuentro entre madre e hijo tres días después de la muerte de Cristo en la cruz con la música de la Banda de Música de Zamora, mientras la agrupación de Nacor Blanco aguardaba a reanudar la marcha para retomar la interpretación de las últimas marchas antes de dar por finalizada una Semana Santa para el recuerdo..
Tiros al aire de nuevo y reverencias por parte de ambos pasos en señal de reconocimiento para proseguir si camino por la cuesta de Balborraz hacia la iglesia de la Horta. La Semana Santa llega a su fin dejando tras de si diez días de reencuentros, Pasión austera, emociones al más puro estilo castellano. Zamora ha vuelto a sentir y sus calles y gentes son testigo de ello. Turno ahora de un dos y pingada, plato estrella de un Domingo de Resurrección que nos deja de nuevo a la espera. Salud para el próximo año.
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