"No hay religiosidad popular sin cofradías, pero tampoco cofradías sin religiosidad", dijo el arzobispo emérito de Sevilla
El cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, ha sido el encargado de pronunciar el pregón de la Semana Santa en Vigo en el acto que organiza la Casa de Zamora en la capital gallega, que ha tenido lugar en el Auditorio del Centro Social Novacaixagalicia. En su alocución, Carlos Amigo ha hecho una defensa de las cofradías dentro de la Iglesia y se ha referido a su estancia en Vigo y en Zamora.
"No hay religiosidad popular sin cofradías, pero tampoco cofradías sin religiosidad", dijo el cardenal, quien comenzó hablando de su estancia en Vigo y de sus posteriores años en Zamora.
En su pregón, el arzobispo emérito de Sevilla se ha referido a la práctica totalidad de las cofradías zamoranas. "Cultura y fe no son excluyentes. La fe da trascendencia a lo cultural", afirmaba el pregonero, quien ingresó en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores en 1954, es licenciado en Filosofía por el Pontificio Ateneo Antoniano de Roma, en Psicología por Madrid y en Teología por el Seminario Franciscano de Santiago de Compostela. En el año 1982 fue nombrado arzobispo de Sevilla. Precisamente al ser cardenal, el pregón previsto el año pasado en Vigo hubo de ser aplazado a este año, al estar presente en Roma en la elección del Papa Francisco.
Carlos Amigo ha aludido también a la importancia de las tradiciones, de la familia y a la importancia del papel de la Iglesia como ayuda a la sociedad como reflexión de un pregón en el que ha conjugado fe y tradición desde una perspectiva religiosa pero siempre de la mano con el sentimiento popular.
A la 54 edición del pregón de la Semana Santa Zamorana en Vigo han asistido el presidente de la Junta pro Semana Santa, Antonio Martín Alén, así como el concejal Ángel Luis Crespo Encinas en representación del Ayuntamiento y el vicepresidente primero de la Diputación provincial, Aurelio Tomás. El acto ha contado, además, con la intervención del bombardino de la Hermandad de Penitencia, que ha ilustrado musicalmente uno de los momentos más emotivos de la Pasión zamorana.