Domingo de Ramos en Zamora: La Real Cofradía de Jesús y la cantera de devoción Infantil

Procesión de La Borriquita (26)
El sol despide sus primeros rayos sobre las históricas calles de Zamora, anunciando la entrada triunfal de la Semana Santa con el emblemático Domingo de Ramos.

En este día de júbilo, la Real Cofradía de Jesús lleva la devoción a nuevos horizontes al ser acompañada por miles de niños, quienes, portando palmas, se convierten en la cantera de futuros hermanos cofrades.

La Real Cofradía de Jesús en su entrada en Jerusalén

En el Domingo de Ramos, la Real Cofradía de Jesús en su entrada en Jerusalén se destaca como protagonista indiscutible en la procesión que conmemora la Entrada Triunfal en Jerusalén del que más tarde moriría en la Cruz pero que resucitaría al tercer día. La elegancia de su paso procesional, de la Borriquita, da la solemnidad a cada uno de sus cofrades y la venerada imagen de Jesús en su burrito se entrelazan para crear una estampa que resuena con significado espiritual y cultural en Zamora.

La Cantera de devoción Infantil: Sin embargo, lo que hace especial a este día es la presencia masiva de niños que, con ilusión en sus ojos, se suman a la procesión portando palmas. Estos pequeños cofrades, vestidos con sus mejores galas, son la cantera de devoción que renueva y fortalece la tradición zamorana. Cada niño, con su palma en mano, se convierte en un eslabón vital en la cadena de la Semana Santa.

La Emoción de los Pequeños Cofrades

 El Domingo de Ramos se tiñe de la inocencia y emoción de los más jóvenes. Miles de niños y niñas, anticipando con entusiasmo su participación en la procesión, llevan consigo palmas adornadas con destreza y cariño. Sus risas y expresiones de asombro enriquecen la atmósfera festiva, recordándonos la importancia de transmitir la devoción de generación en generación.

La formación de futuros hermanos

Más allá de ser simples espectadores, estos niños portadores de palmas se convierten en la cantera de futuros hermanos cofrades. La Semana Santa de Zamora, con su arraigo en la comunidad, encuentra en la participación activa de los más jóvenes una promesa de continuidad. La procesión del Domingo de Ramos se erige como un espacio de aprendizaje y conexión, donde la tradición se transmite de mano en mano de padres a hijos, de abuelos a nietos...

GALERÍA DE IMÁGENES por Marcos Vicente

El vínculo generacional en la Procesión

La procesión del Domingo de Ramos se convierte, así, en un vínculo generacional entre los cofrades veteranos y la nueva generación de pequeños participantes. En cada paso, en cada palma que se mece al ritmo de la procesión, se teje una red de devoción que abarca a toda la comunidad zamorana. El Domingo de Ramos en Zamora no solo marca el inicio triunfal de la Semana Santa, sino que también se convierte en un día emblemático donde la Real Cofradía de Jesús se fusiona con la vitalidad de la cantera de devoción infantil. En medio de la solemnidad y la alegría, la procesión se erige como un espacio donde las palmas llevadas por los niños no solo adornan las calles, sino que también cultivan el futuro de la tradición cofrade en Zamora. La Semana Santa, así, se perpetúa a través de la conexión profunda entre generaciones, uniendo corazones bajo el resplandor de las palmas y la luz espiritual que guía a Zamora en este camino anual de fe y devoción.