A lo largo del recorrido, que culminó en la Iglesia de San Juan , los asistentes mostraron su devoción y respeto en un ambiente solemne. Aunque la Exaltación de la Cruz normalmente se conmemora el 14 de septiembre, este año la fecha fue modificada debido a la importancia de la feria quesera que acoge la ciudad. Una vez en la iglesia, se celebró la eucaristía en honor a este día tan señalado para la cofradía.
La procesión estuvo acompañada por la música solemne de la Banda de Nacor Blanco , que siguió a la imagen durante todo el recorrido. La Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora fue la encargada de abrir la comitiva, añadiendo solemnidad y emoción a un acto que, año tras año, refuerza el fervor religioso en la capital zamorana.
Como es tradición, al término de la misa se realizó la imposición de la Cruz de Oro a los hermanos que llevan 50 años de fidelidad a la cofradía, un momento especial para los homenajeados y sus familias, que ven reconocida su dedicación a lo largo de las décadas. La procesión regresará pasando por la plaza mayor y calle de San Andrés hasta el templo de salida.
Cena de hermandad con un toque zamorano
La jornada concluyó con una cena de hermandad en el Seminario San Atilano , a las 22:30 horas, donde los cofrades pudieron disfrutar de un menú considerable zamorano. El arroz a la zamorana , las carrilleras y las tradicionales cañas zamoranas formaron parte de una velada que destacó por su sencillez y autenticidad, reuniendo a los miembros de la cofradía en un ambiente de compañerismo y celebración.
El evento finalizó con una comida de hermandad que sirvió para cerrar un día marcado por la devoción, la tradición y el orgullo zamorano.