Setas y castañas, verdes oscuros, marrones en toda sus tonalidades y pardos, luz y penumbra vuelven hacer que la magia se apodere del visitante.
El sol tímido entre nubes y muchas veces en la niebla, el frío intenso y las hojas en el suelo formando mantos de colores hacen de Sanabria un verdadero espectáculo para los amantes del paisaje, también del buen comer y de la naturaleza en estado puro.
Sanabria estalla en otoño, son miles de personas las que también acuden en esta época para disfrutar de paisajes de ensueño y de colores espectaculares que marca la naturaleza en todo el parque natural del Lago de Sanabria.
Tras la berrea de la que aún hay atisbos y algún que otro ciervo escondido buscando con quien pelear por su harén, llega el paisaje que más nostalgia pero que más encandila al visitante. Amaneceres fríos de muchos grados bajo cero, pero que dan lugar a paisajes de cuento de hadas de Santa Compaña y sobre todo de anuncio de la llegada de las primeras nieves que no tardarán en llegar.
Tiempo de castañas y de recoger el fruto de la naturaleza, cucurriles, y boletus, setas de decenas de clases más que apreciadas por las cocinas de la zona que en estos días comienzan a ofrecer los revueltos de boletus y los guisos con las delicias de la zona.
El majestuoso Lago de Sanabria da cabida a cientos de visitantes que inmortalizan la zona y los paseos entre castaños milenarios y tejos, entre ciervos y regatos que corren y recorrerán toda la comarca dando al silencio un motivo de arrullo.
Sanabria en otoño, otra especial época del año para desestacionalizar un turismo que durante el verano llega a colapsar la zona que ahora es más que un espectáculo. Pasen y vean...
