Carismáticos y sin poses absurdas, con sinceridad y sobre todo con todas las ganas del mundo de volver a enfrentarse a un público que los jaleó e hizo que cantaran todos sus éxitos, Malibú con Piña y Ojalá que te vaya bien se oían en el pabellón y hasta en la Colegiata .
La música de este par de hermanos virtuosos de la sinceridad, contagia por su mezcla de naturalidad y disfrute tranquilo al interpretar en un directo cercano que llega a todo el que los observa, por muy neófitos que sean de este tipo de música, muchas veces incalificable, puesto que el trap, el rap, el ritmo latino, o el pop, están en sus mezclas de estilos.
Expectantes tras muchos grupos de los que se forjan en León, Salamanca, Benavente, Toro o Zamora, salían a la palestra de un público exigente pero al final entregado a un par de hermanos que desde que actuaron en Arenal y tras sus éxitos en Tick Toc no hay más que hablar, llegaron lejos saliendo de un garaje y de su casa montando sus maquetas, y seguirán haciéndolo puesto que desde la sencillez y el no tenérselo creído estos hermanos han conquistado Toro en una tarde de sábado en la que la juventud ha tenido un 11 en el comportamiento y en el disfrute ordenado.
