Desde el 10 hasta el 20 de enero de 2025, se está llevando a cabo en Castilla y León el censo anual de aves acuáticas invernantes, con especial atención en las fechas del 18 y 19 de enero. Esta iniciativa, promovida por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, tiene como objetivo monitorizar las poblaciones de aves acuáticas en la Comunidad y evaluar su estado de conservación.
En el caso de Zamora, uno de los puntos más destacados del censo es el complejo lagunar de Villafáfila, donde se registraron 17.612 ejemplares en el censo de 2024, una cifra significativa dentro del total de 77.700 aves contabilizadas en toda Castilla y León. En este censo, se identificaron 57 especies, siendo las más comunes el ánade azulón, la avefría europea y la cerceta común, que representaron el 81 % de los ejemplares detectados.
Este seguimiento anual, que comenzó en 1967 bajo la organización Wetlands International, permite obtener datos sobre la distribución y el estado de conservación de las aves acuáticas. Además, proporciona información valiosa sobre los humedales, que son esenciales para la biodiversidad de la región. En el censo de 2024, participaron más de 275 personas entre técnicos medioambientales, celadores y agentes especializados.
Uno de los hallazgos más relevantes de los censos recientes ha sido el notable descenso de algunas especies, como el ánsar común, cuya población invernante ha caído drásticamente en los últimos años. Por otro lado, otras especies, como el tarro blanco y la garceta grande, han experimentado aumentos en sus números, lo que podría indicar un cambio en las dinámicas migratorias o en los hábitats disponibles.
El censo también contribuye al cumplimiento de los compromisos internacionales de conservación, como la Directiva Aves de la Unión Europea y el Acuerdo sobre la Conservación de Aves Acuáticas Migratorias Afroeuroasiáticas.
