Con la llegada de octubre, Zamora se llena del inconfundible aroma de las castañas asadas, un fiel reflejo del otoño que comienza a apoderarse de sus calles. Las tradicionales castañeras, que ya han montado sus puestos en las principales zonas de la ciudad, señalan el inicio de esta temporada que es esperada tanto por los locales como por los visitantes.
Como anunciamos hace una semana se buscaba castañera y al final se encontró. Santa Clara huele a castañas asadas, la Plaza de Fernández Duro es el punto neurálgico si bien la esquina de la calle Benavente con San Torcuato junto a la Farmacia era el lugar donde antaño se acudía para recoger ese cucurucho de papel de periódico, cargado de un alimento exquisito y caliente que revivía a los muertos.
Algo que calentaba por dentro y por fuera, que era lugar de culto en otras épocas pero que pretende seguir siéndolo.
Este año, las castañas no solo se disfrutan en las plazas, sino que también viajan por toda la Península gracias a la campaña especial de Correos, que ofrece a los zamoranos la posibilidad de enviar este fruto típico de la región a cualquier rincón de España a precios reducidos. Esta iniciativa estará activa hasta finales de noviembre, permitiendo a los habitantes de localidades como Alcañices, Benavente y Puebla de Sanabria, entre otras, enviar castañas directamente desde sus oficinas de Correos o incluso desde sus domicilios, en colaboración con el servicio de carteros rurales.
La campaña, que se realiza desde hace varios años, busca facilitar el transporte de este producto perecedero para que llegue en perfectas condiciones a su destino, ayudando a que las castañas de Zamora lleguen más lejos que nunca.
Este viernes 18 de octubre, con temperaturas que oscilan entre los 15 y 18 grados, los puestos callejeros ya han comenzado a atraer a numerosos transeúntes que no pueden resistirse a este manjar otoñal. Así, Zamora sigue celebrando su vínculo con las tradiciones, mientras se prepara para una temporada donde el sabor de las castañas será el protagonista.
